“Lo que estamos viendo es que los fuertes aranceles que aplicó Trump a todo el mercado importador de Estados Unidos van a terminar siendo pagados por los norteamericanos”, explicó Lezcano, y agregó que “por efecto indirecto vamos a pagarlo también nosotros, porque va a caer la demanda de ciertos productos, como los limones y arándanos que se exportan desde provincias como Tucumán”.
Lezcano indicó que la medida, más allá del “marketing político de guerra comercial”, es fundamentalmente “una medida recaudatoria”: “el año pasado el gobierno federal cerró con un déficit de 1.8 billones de dólares y lo que quiere hacer Trump es cerrarlo a base de impuestos”.
Respecto del impacto en la Argentina, sostuvo que todo dependerá de cómo reaccionen los demás países: “el incentivo de Estados Unidos es que repliquen su política. Si eso pasa, será perjudicial para todos. Es una medida muy amplia que golpea fuerte”.
Además, remarcó que el aumento de aranceles también impactará en productos emblemáticos estadounidenses: “teléfonos iPhone, autos Tesla, y otros productos que dependen de componentes asiáticos, como chips, llegarán con costos más altos, lo que reducirá los márgenes de ganancia de las empresas”.
Lezcano señaló que si la Reserva Federal no aumenta la oferta monetaria, los márgenes empresariales podrían contraerse más aún. Pero si sí lo hace, “va a haber un aumento de precios y una caída en el empleo”. Según su análisis, “muchas empresas van a empezar a achicarse porque van a vender menos”.
El economista también alertó que la medida está generando tensiones internas en Estados Unidos: “Trump está recibiendo presión del conglomerado empresarial que lo apoyó para llegar a la presidencia. Hoy le está dando la espalda”.
En cuanto a la relación comercial bilateral, explicó que “Estados Unidos nos cobra el 10% de aranceles, y nosotros lo mismo a ellos, pero el volumen es incomparable. Lo que importamos de ellos es mucho más de lo que exportamos”.
Consultado sobre la posibilidad de que Trump busque debilitar economías extranjeras para luego posicionarse como su salvador, Lezcano opinó que “la economía más debilitada va a ser la estadounidense”. Y trazó un paralelismo con lo que ocurre en la Argentina: “nosotros pagábamos autos carísimos por los aranceles, mientras que en la región costaban entre 5.000 y 8.000 dólares menos”.
Sin embargo, destacó una diferencia clave: “mientras Argentina va hacia una reducción arancelaria, Estados Unidos los aumenta. El que está perdiendo competitividad es Estados Unidos. Pero tiene la ventaja de su moneda: el dólar sigue siendo un refugio de valor. Eso le permite bajar tasas y tomar deuda. El que gana acá es el Gobierno Federal, no la economía”.
Sobre la posibilidad de un nuevo crack financiero, similar a los de 2008 o a las crisis del tequila o la burbuja puntocom, Lezcano dijo que si bien hoy hay mucha duda en el mercado, “todo dependerá de cómo reaccione la Reserva Federal con la tasa de interés”. Pero advirtió: “con la caída de estas semanas, ya se consumió toda la suba del 2024 en el mercado estadounidense. Estamos ante una situación crítica”.
Respecto de la reacción global, remarcó que “Europa decidió negociar con Estados Unidos, lo que abre una puerta a reducir aranceles de forma mutua. Eso pone paños fríos en el escenario internacional”. Sin embargo, advirtió que si el resto de los países endurece sus políticas comerciales en vez de flexibilizarlas, “va a ser peor para todos”.
Finalmente, se refirió a la presión que podrían ejercer países como China, Taiwán o Japón: “Son economías con gobiernos difíciles, pero muy capitalistas. Van a presionar para reducir aranceles. Y en Estados Unidos el lobby es legal. El mensaje de Europa es positivo porque muestra que hay un camino de salida”.
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