Desde el Gobierno provincial se ocuparon en aclarar que la ley sancionada no impone una prohibición inmediata al uso de ningún producto, sino que marca el comienzo de un proceso de sustitución que llevará años. La ley establece un plazo de dos años, pero de resultar necesario ese período se ampliará.
Durante ese proceso de transición, el Estado acompañará a los productores para que puedan ir soltando progresivamente el uso de agrotóxicos en sus chacras para llevar a Misiones hacia un ideal de producción orgánica en Sudamérica, científicamente responsable, económicamente rentable y sustentable desde lo ambiental.
En el sitio MisionesOnline informan que en la provincia, miles de productores viven a pocos metros de sus plantaciones, conviviendo con los químicos por una costumbre adquirida culturalmente, que se mantuvo a pesar de las consecuencias en la salud y el ambiente.
Las condiciones para introducir un cambio progresivo están dadas. Misiones tiene la fábrica de bioinsumos con producción instalada y la voluntad es comenzar una cuenta regresiva controlada, guiada científicamente por el Estado, acompañando la transformación de las chacras, apuntando a que la Provincia se convierta en un jugador importante en materia de producción orgánica.
El próximo paso será impulsar un ordenamiento territorial y ambiental para detectar y señalizar las zonas libres de productos de síntesis química a las que el Estado le va a dar una ayuda adicional para que el productor obtenga un diferencial que le permita especializar su producción: así habrá yerbales, alimentos, té, hortícolas, verduras, que serán certificadas por el Estado y entidades científicas para tener un precio diferenciado. Pueblo por pueblo irán abrazando la salida orgánica y encontrando mayor rentabilidad.
El atractivo no solo será la producción de alimentos y tabaco sin químicos sino también el turismo de élite, que ya está buscando en el mundo zonas libres de pesticidas para conocer y disfrutar.
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