Se trata del primer producto que presenta G-FAS, un cabezal de cosecha stripper hiperliviano, construido en fibra de carbono. Pesa menos de la mitad que un cabezal convencional y permite duplicar la capacidad operativa al mismo tiempo que reduce el consumo de energía. Se utiliza en cultivos como arroz, trigo, cebada y centeno, y tiene un costo apróximado de US$ 100.000.
El “Stripper G-FAS” aparece como novedad a nivel mundial y promete revolucionar la cosecha de granos finos como arroz, trigo, cebada, centeno, canola, mijo y semillas forrajeras. Varias de las bondades del nuevo stripper ultraliviano están sustentadas en su estructura de fibra de carbono, que es cinco veces más resistente que el acero, pero más liviana que el aluminio.
Según comentaron los disertantes, durante los últimos años la fibra de carbono viene aportando innovaciones para diferentes sectores de la industria, cuyo ejemplo se encuentra en la creciente utilización en el rubro automotriz. Respecto de su participación en el agro, la Argentina se ha transformado en pionera, ya que al recientemente patentado Stripper G-FAS lo antecedió el botalón para pulverizadoras, también desarrollado por los fundadores de la empresa G-FAS, siendo los dos únicos implementos del planeta destinados al sector agropecuario que están construidos con fibra de carbono. El Stripper, de 30 pies de ancho de labor, es lanzado después de cuatro años de investigación y desarrollo.
Entre las ventajas que ofrece el Stripper G-FAS se encuentra la reducción del consumo de combustible (del 35 al 50%), la posibilidad de trabajar a alta velocidad (10 kilómetros por hora en promedio) duplicando la capacidad de recolección de la cosechadora, que permite trabajar con mayor humedad -lo que determina más días y más horas por día de cosecha- y que ofrece un muy buen tratamiento del grano que deriva en la reducción del quebrado.
Los técnicos de Adecoagro, encargados de la producción de arroz de esa empresa, señalaron las ventajas adicionales que tiene el nuevo cabezal para ese cultivo. Por un lado, al quedar la planta en pie se mantiene la dominancia apical, con lo cual no rebrota, como ocurre cuando se cosecha con una plataforma Draper y por lo tanto requiere una aplicación de herbicida (glifosato). De esta forma, el Stripper G-FAS contribuye a una menor emisión de gases de efecto invernadero.
También remarcan que frente a las complicadas condiciones del piso que suelen ofrecer las arroceras, el cabezal más liviano facilita la marcha de las cosechadoras dado que mejora el rendimiento de la doble tracción al permitir que todas las ruedas logren un buen apoyo, en cambio con los cabezales pesados las ruedas traseras pierden poder de tracción.
Consultado por la Agencia FOCO, el ingeniero agrónomo Héctor Huergo, comunicador agropecuario y miembro de G-FAS, señaló que existe interés de productores arroceros del Chaco “con los que ya mantuvimos conversaciones y demostraron interés en seguir invirtiendo en tecnología”.
“Nos dieron ideas y comentarios acerca de sus experiencias con cabezales importados y que dejaron de usar porque las máquinas crecieron de tamaño y no entraban más los cabezales grandes, que de todas maneras no podrían funcionar en las arroceras por su peso, y no hay maquinaria que aguante ni el peso del cabezal, ni arrocera o piso que pueda soportar. Ahí es cuando entra el cabezal de fibra de carbono”, comentó Huergo.
Por su parte, el ingeniero agrónomo de Adecoagro, Juan Zenón González, sostuvo que el interés de productores arroceros chaqueños también radicó en “abaratar los costos que genera la producción”. González actualmente se desempeña en el Grupo Técnico de Arroz, a cargo de innovaciones tecnológicas aplicadas al agro.
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