Este nuevo secadero con sistema de calefacción indirecta está listo para comenzar a operar dentro de la planta yerbatera de Piporé, ubicada en Santo Pipó. A diferencia de los secaderos tradicionales, en este caso, la yerba mate no entra en contacto en ningún momento con el fuego o el humo, por lo que no contiene HAPs (hidrocarburos aromáticos policíclicos), residuos que quedan tras la combustión. Como resultado se obtiene un producto sin sabor u olor a humo.
Alemania y otros países de Europa ya no permiten más el ingreso de yerba mate que contienen HAPS, es por esto que Piporé, empresa mayormente exportadora debió atender a este reclamo y así surgió la necesidad de contar con esta forma de secado.
No son muchas las empresas que ofrecen yerba libre de HAPS, por lo que hoy la preocupación más grande que tiene la empresa, no es la competencia, sino poder cubrir la gran demanda que tienen actualmente.
La única forma de lograr que no haya residuos de la combustión en la yerba mate es hacer un secado indirecto. De manera tal de que, a través de grandes quemadores se levanta hasta 800 grados de temperatura con un sistema de más de 320 caños que son los que conducen el aire caliente e ingresan a la cámara de secado de forma indirecta a través de dichos caños.
Estos quemadores trabajan con chips de madera, pero como el fuego sólo entra en contacto de forma indirecta con la yerba, no hace falta que sea madera de alta calidad.
El tablero de control puede ser manejado desde el celular, a través de una aplicación. Desde el celular se puede controlar la temperatura tanto de los quemadores como de los caños, durante todo el proceso y se pueden hacer modificaciones en base a esto. La aplicación envía una alerta cuando se salen de rango las temperaturas. Claramente la tecnología de punta es muy buena para esto y aporta un gran plus.
“Era hacer este paso o quedarnos fuera del mercado”, contó Raúl Karaben, presidente de la cooperativa, a Economis. El mercado alemán había sido recuperado con otro proveedor, pero ahora la búsqueda es ir por más. Pasar de siete a catorce contenedores. “El diferencial es el precio. Eso justifica la inversión”, indicó. De todos modos, sostuvo que para que sea rentable la exportación, se debe actualizar el dólar agro. “De 300 a 350 o un poco más”.
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