La clave del éxito de esta nueva variedad radica en su resistencia a diferentes herbicidas, lo que la convierte en una opción ideal para la región del Gran Chaco.
El INTA ha logrado desarrollar una fibra extra larga, la cual supera los 32 milímetros de largo, una característica que hasta ahora solo se encontraba en cultivos extranjeros. Esta fibra, bautizada como Felpa (Fibra Extra Larga Pampa Argentina), es descrita como suave al tacto, con un brillo único, y con un comportamiento excepcional en los procesos de hilado y confección. A través de esta innovación, el INTA espera incrementar el valor agregado de la producción nacional, involucrando a toda la cadena productiva, desde el campo hasta la industria textil.
Gracias a una alianza estratégica con las empresas textiles Pato Pampa y Halgon SAS, la nueva fibra ya está en producción. Ambas compañías celebran la calidad y el valor comercial de la fibra, que promete transformar la industria textil argentina. El CEO de Pato Pampa destacó el potencial de la fibra para crear prendas de alta gama, que se distinguen por su perfección en el acabado. Además, la resistencia de este algodón en los procesos de hilandería permite obtener telas de mayor calidad, lo que abre nuevas oportunidades en el mercado local e internacional.
La región del Gran Chaco se presenta como un escenario ideal para este cultivo, ya que su clima cálido y libre de heladas es perfecto para la producción de algodón. Aunque las precipitaciones son variables, la resistencia de la nueva genética permite su adaptación a condiciones de cultivo más duras, lo que representa una ventaja competitiva frente a otros países productores. Este avance también promete mejorar los rendimientos del algodón argentino, lo que podría generar un impacto positivo en la economía local.
Mariano González, titular de Halgon SAS, anticipó que este proyecto tiene ambiciosos planes de expansión. La empresa planea llevar esta variedad de algodón a campos cercanos a la Cordillera de los Andes, donde las condiciones agroambientales son aún más propicias para el cultivo. Con la ayuda de un sistema de regadío, la fibra alcanzará su máximo potencial, lo que permitirá aumentar la producción y mejorar la calidad del producto final.
La sinergia entre el INTA, las empresas textiles y los productores del Chaco marca el inicio de una nueva etapa en la industria algodonera argentina. La innovación en genética y el trabajo conjunto de actores clave del sector privado y público abren una puerta a nuevas oportunidades de negocio y exportación. Sin lugar a dudas, este proyecto tiene el potencial de colocar a Argentina en una posición estratégica dentro del mercado global de algodón y textiles.
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