Su modelo, liderado por Juan Manuel Korovaichuk, representa una combinación estratégica de producción, logística y comercialización directa, y fue destacado recientemente en una nota publicada por Diario Norte.
El corazón del negocio está en Estancia María, una granja intensiva ubicada en General Vedia, donde se controla todo el proceso: desde la inseminación hasta la entrega del producto en el punto de venta. Este enfoque integrado no solo garantiza trazabilidad y eficiencia, sino que permite a la empresa sostener estándares sanitarios y de calidad en un mercado cada vez más exigente. Frigoporc también desarrolló su propia red logística para abastecer semanalmente a cada franquicia según demanda.
La expansión comercial vino de la mano de un modelo inédito: carnicerías franquiciadas especializadas en carne de cerdo. Este formato no solo posicionó la marca en nuevas localidades del NEA, sino que también generó oportunidades para emprendedores locales. La diversificación llegó con dos marcas de productos elaborados (La Ucraniana y La Tablita) que amplían su oferta y apuntan a distintos segmentos de consumo.
En un contexto económico volátil, Frigoporc apostó a la inversión continua, la profesionalización de su gestión y la cercanía con el consumidor. La empresa emplea directamente a más de 160 personas, con un esquema organizacional horizontal y participativo que fomenta el compromiso interno. El liderazgo joven de Korovaichuk también aporta una visión moderna sobre el rol del empresario: involucrado, flexible y con foco en el bienestar del equipo.
Frigoporc demuestra que se puede construir desde el interior del país un negocio sustentable, competitivo y con identidad regional. Con innovación en su modelo, foco en la calidad y una estrategia comercial clara, esta pyme chaqueña logró transformar una necesidad familiar en una empresa con impacto económico y social en el nordeste argentino.
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