Facebook no se queda atrás (a pesar de su cambio de algoritmo “a favor del usuario” obligando a las marcas a invertir cada vez más dinero para ser visibles) y prácticamente todas las páginas de internet que visitamos persiguiéndonos con algún banner publicitario de ese viaje que estamos planificando o esa heladera en oferta que intentamos comprar. Sobran ejemplos pero sé que no te sobra el tiempo, y justamente es este uno de los mayores problemas, ¿tu problema? ¡No! el de las marcas.
Si queremos revalorizar las experiencias que diseñamos para nuestros clientes debemos prestar atención al tiempo que le quitamos al cliente sin que este lo haya pedido. El tiempo es uno de los tres recursos (en próximas entregas te cuento cuáles son los otros dos) más importantes con los que contamos los seres humanos.
Hoy, mañana y seguramente por muchos años más viviremos rodeados de infinidad de medios, de la multiplicidad de plataformas, de la tecnología intentando facilitarnos la existencia y de una internet cada vez más accesible, necesaria y poderosa (se calcula que para el año 2020 el 51% de la población mundial tendrá acceso a internet).
Es importante que, como marca, entiendas que en cada campaña publicitaria, pieza de promoción o video comercial que pensas y lanzas al mundo, sucederán dos cosas: comenzaras el intento de convencer a tus clientes que eres mejor que la competencia y al mismo tiempo estarás interrumpiendo, (vaya responsabilidad, ¿no?) una parte de su día, actualmente si es menos de 1 minuto corres con ventaja.
Por eso la publicidad actual debe tener mucho de planificación, creatividad en su máxima expresión y finalmente tomar un par de decisiones importantes: ¿dónde y de qué manera quiero interrumpir a mi cliente? ¿Quiero entretenerlo? ¿Quiero educarlo? ¿Quiero ofrecerle una buena oportunidad? Quizás sean estas algunas de las (buenas) preguntas que deberás responderte en tu próxima campaña para evitar que los clientes se escapen a tu publicidad.