La decisión, dijo, está vinculada a varios factores clave: la baja en el precio internacional del petróleo, la estabilidad del tipo de cambio, la carga impositiva vigente y el costo de los biocombustibles. “En este momento, el abastecimiento está garantizado, y medidas como esta generan efectos inmediatos sobre el bolsillo del consumidor”, destacó. Además, recordó que se trata de la segunda baja en lo que va del año.
Respecto al consumo, Gaona reconoció que hubo una fuerte caída, especialmente en zonas fronterizas, donde las ventas cayeron hasta un 60% en el último año. Sin embargo, apuntó que en los últimos seis meses se percibe una recuperación sostenida, con provincias que ya están apenas un 6 o 7% por debajo de los niveles del mismo mes del año anterior.
También mencionó que este repunte está reactivando inversiones que habían quedado en pausa, como proyectos de nuevas estaciones de servicio, lo cual demuestra que el sector tiene una mirada optimista hacia el futuro.
A pesar del contexto favorable, Gaona advirtió que aún existe un riesgo latente: si el Gobierno nacional decidiera avanzar con una actualización de los impuestos hoy congelados sobre los combustibles, los precios podrían dispararse más de un 10% de forma inmediata.