Comandante Andresito sigue liderando la tendencia, con 15 establecimientos certificados, consolidándose como el faro verde del noreste argentino. En paralelo, la superficie productiva también creció: se alcanzaron las 4.260 hectáreas certificadas, lo que representa un aumento del 4% respecto a 2023 y un 32% más que en 2019. Todo indica que el modelo orgánico dejó de ser una moda pasajera para convertirse en una apuesta a largo plazo.
En 2024, se vendieron 273.345 kilos en el país, superando por primera vez a las exportaciones, que alcanzaron los 213.363 kilos. Y lo más llamativo: esto ocurrió en un año en el que el consumo general de yerba mate bajó un 10%. ¿Qué nos dice esto? Que el consumidor argentino ya está eligiendo con más conciencia lo que pone en su mate.
En los yerbales orgánicos es habitual ver animales nativos conviviendo con los cultivos. Es una postal que habla de prácticas que respetan la biodiversidad y del compromiso de los productores con un entorno más sano. Es otro diferencial fuerte frente a modelos más agresivos con el medioambiente.
¿Negocio o estilo de vida?
Ambas. Lo orgánico ya no es solo una etiqueta premium, sino un modelo económico sustentable. Con el crecimiento sostenido de productores, superficie certificada y consumo interno, Misiones se posiciona como uno de los principales jugadores del país en este rubro. Y lo mejor: con impacto real en el bolsillo de las familias rurales, el ambiente y la salud de todos.