En diálogo con Agroperfiles, Parra destacó que se trata del primer ingreso de cosechadoras especializadas desde 2022, luego de varios años con fuertes restricciones a las importaciones. “A partir de este 2025 volvimos a ingresar cosechadoras. Es un paso importante para la tecnificación del cultivo”, afirmó.
Las unidades que ya operan en el país son John Deere CS770 Cotton Strippers, fabricadas en Estados Unidos y diseñadas para un mercado de nicho con altos requerimientos técnicos. Debido a su producción limitada, su adquisición requiere planificación con un año de anticipación, lo que representa un desafío para los productores.
“Hoy ya estamos comercializando las unidades que llegarán para la campaña 2026. Es una inversión anticipada y compleja, sobre todo en un contexto productivo volátil, pero así funciona la cadena de provisión global en este tipo de tecnología”, explicó Parra.
La reapertura de importaciones para maquinaria agrícola se da luego de tres años de restricciones que afectaron directamente la renovación del parque algodonero. A ello se sumaba la escasa disponibilidad de financiamiento accesible. Con una mejora en las condiciones macroeconómicas, el sector comienza a retomar impulso, aunque el nivel de obsolescencia sigue siendo elevado.
El ingreso de estas nuevas cosechadoras no solo marca una mejora en el acceso a tecnología, sino también una señal de confianza e inversión en un sector que busca recuperar protagonismo en el esquema agroindustrial nacional.