Según explicó el viernes pasado Gustavo DAlessandro, director de APA, “el caudal del río Paraná es muy bajo y se extiende mucho en el tiempo”, y agregó “distintos pronósticos de organismos técnicos indican que las perspectivas de precipitaciones en la alta cuenca de los ríos Iguazú, Paraná, Paraguay y Bermejo son negativas hasta noviembre” por lo que esta situación es “algo histórico”.
Debido a esta complicación sin precedentes, las barcazas que abastecen con combustible a las estaciones de servicio locales no son capaces de ingresar al Chaco; el presidente de la APA, Francisco Zisuela, ilustró la situación al señalar: "el Puerto Barranqueras tiene ahora 1,70 metros, uno de los registros más bajos de la historia, y para que ingresen las barcazas se necesita al menos un nivel de 2,50 metros”.
En ese sentido, Zisuela precisó: "Ni con el dragado permanente del riacho Barranqueras las barcazas que transportan combustible pueden ingresar al cauce, ni siquiera con la mitad de su capacidad para llegar a los muelles que las empresas petroleras YPF y Shell tienen en Puerto Vilelas”.
Debido a esto, las empresas petroleras se han visto obligadas a transportar los combustibles a través de vías terrestres, haciendo uso de camiones. Al respecto, Zisuela advirtió que este método puede haber causado "faltantes ocasionales", y que en el interior de la provincia la falta de diésel se debería "al congelamiento de precios".
Por último, cabe señalar que esta situación también genera problemas en las tomas de agua cruda para potabilizar. Según las autoridades, aunque “hasta ahora el abastecimiento no está en riesgo", se pide a la comunidad "compromiso en el uso del agua potable”.
(Agencia Télam)
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