La industria del software y servicios informáticos crece a pasos agigantados en Argentina. Sólo en el 2021 -últimos datos disponibles-, se registraron 14.800 nuevos puestos formales de trabajo, un 12,6% más que en el 2020, marcando el mayor crecimiento anual desde el 2008, de acuerdo a lo indica la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI).
El empleo creció sostenidamente año a año, generando casi 140 mil nuevos puestos de trabajo desde 2015. Para dimensionar este crecimiento, desde la entidad que nuclea al sector explican que, mientras que el empleo registrado en software creció un 42,5% desde 2015, el de otros servicios basados en el conocimiento (SBC) cayeron un 2,4%, mientras que todo el sector privado disminuyó en un 3,8%.
La economía del conocimiento es el tercer complejo exportador y, a diferencia de la mayor parte de los sectores de la economía, cuenta con pleno empleo e incluso un déficit de programadores para cubrir puestos que se crean exponencialmente. “Se estima que, por año, faltan 15 mil programadores para trabajar en empresas de software y servicios informáticos”, aseguró Lucas Cepeda, subsecretario de Empleo del Chaco a Agencia FOCO.
El sector cumple con todos los requisitos para aportar al crecimiento de la economía: es un tipo de trabajo bien remunerado porque exige un nivel medio o alto de calificación, produce servicios transables y competitivos para el mercado global y aporta al aumento de la productividad en el resto de la economía gracias a la propia naturaleza de la actividad: generar y difundir conocimientos para hacer más eficientes otro tipo de actividades económicas.
El Informatorio funciona desde el 2012 en la provincia del Chaco como política de Estado. Desde el inicio, participaron 26.891 personas de toda la provincia.
El programa busca generar más y mejores oportunidades a los chaqueños de incorporarse a la cadena de valor de la economía del conocimiento, específicamente en el sector de software a través de la formación en programación. Se trata de un espacio de aprendizaje práctico, con clases innovadoras y creativas, que persiguen la inclusión social, digital y laboral a través del empleo en empresas locales y nacionales de la industria del software, o iniciando sus propios emprendimientos de base tecnológica.
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