El análisis muestra que, al comparar el primer trimestre de 2025 con igual período del año anterior, el volumen de préstamos al total de la actividad económica creció de manera sostenida en las cuatro provincias de la región. Formosa lideró el crecimiento con un alza real del 122,4%, seguida por Misiones (108,9%), Chaco (101,6%) y Corrientes (71,7%).
El crédito al consumo, protagonista
En todas las provincias del NEA, el crédito a personas físicas sigue siendo el principal componente del sistema financiero regional. Formosa encabeza esta tendencia, con un 59,4% del total de sus préstamos dirigidos a individuos, mientras que en Chaco, Misiones y Corrientes ese porcentaje se ubica entre el 29,5% y el 39,7%.
Motores sectoriales: servicios, construcción y producción primaria
El dinamismo sectorial varía por provincia. En Formosa y Misiones, el sector Servicios fue el más beneficiado, con un incremento del 278,5% y 149,7% respectivamente. En Corrientes, la Construcción mostró un crecimiento sobresaliente del 211,4%, mientras que en Chaco, la Producción Primaria lideró con un aumento del 150,7%.
Estas cifras no sólo reflejan un mayor acceso al financiamiento, sino también cambios en los sectores que traccionan la economía regional.
Morosidad a la baja: señal de mayor estabilidad
Uno de los datos más positivos del informe es la reducción generalizada en la morosidad de los préstamos, lo que puede interpretarse como una mejora en la capacidad de pago de familias y empresas.
En el NEA, durante el primer trimestre de 2025, la morosidad promedio fue del 3,3%, por debajo del 3,6% nacional. Formosa mostró una caída interanual del 64,7%, seguida por Chaco (-49,5%), Corrientes (-18,5%) y Misiones (-17,6%).
Esta baja en los niveles de préstamos en situación “no normal” sugiere un escenario de mayor previsibilidad y confianza, tanto por parte de los bancos como de los tomadores de crédito.
Conclusión: un nuevo ciclo de confianza e inversión
La expansión del crédito, combinada con una significativa baja en la morosidad, abre la puerta a un nuevo ciclo económico en el NEA, en el que el financiamiento podría consolidarse como palanca para el desarrollo regional.
El informe destaca que esta mejora puede atribuirse a una mayor estabilidad macroeconómica, al crecimiento del consumo y a una renovada confianza de los hogares y las empresas para asumir compromisos financieros de mediano y largo plazo.