El secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González, planteó que el entramado pyme atraviesa una coyuntura compleja marcada por ventas en baja, márgenes ajustados y dificultades de financiamiento, y alertó sobre la falta de un rumbo claro en materia industrial.
Aunque desde el exterior se percibe un clima más favorable hacia la Argentina, con expectativas de inversión, González remarcó que la realidad interna dista de ese optimismo. “Desde afuera nos ven bien, pero nuestra realidad es la que viven las pymes: consumo deprimido, rentabilidad reducida y escaso acceso al crédito”, explicó.
El empresario también advirtió que la apertura indiscriminada de importaciones está afectando la demanda interna y generando competencia desleal para quienes operan en la formalidad.
A este panorama se suma la persistente informalidad del sector, que abarca a más de la mitad de la microeconomía nacional. “Muchos emprendedores se ven obligados a trabajar fuera del sistema para sobrevivir, y eso termina debilitando la recaudación y desfinanciando al Estado”, señaló.
Desde la entidad empresaria consideran que la recuperación económica solo será sostenible si se define una política productiva nacional orientada al fortalecimiento de las pymes, capaces de generar empleo, sustituir importaciones y diversificar la matriz exportadora.
“Sin una política industrial que promueva la creación y el crecimiento de empresas, no hay margen para un desarrollo sostenido”, concluyó González.

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