El emprendimiento está a cargo de Fernanda Llama Figueroa, que junto con su hijo Pedro, comenzaron a vender pulpas congeladas de maracuyá, principalmente en bares, restaurantes y hoteles. También ofrecían las pulpas de limón, de lima, naranja y mango, y las cáscaras (ralladas) las vendían en Buenos Aires y en el resto del país.
Este año están innovando en su primera bebida alcohólica de Hibiscus y maracuyá. En diálogo con República de Corrientes, Fernanda destacó la visibilización que fue ganando el emprendimiento y también que uno de los grandes clientes que tienen son cadenas de panaderías. Con orgullo, subrayó el valor que le aporta el origen correntino a sus productos.
La semana pasada, El Parque fue convocado por el Ministerio de Industria de la Provincia para participar de Caminos y Sabores, la feria de alimentos que reunió a emprendedores gastronómicos, chefs y cocineros de todo el país.
Con esta materia prima, se elaboran dos colecciones: pulpas congeladas, en la cual se limpia, se exprime la fruta y se extrae el jugo. Luego se envasa sin ningún tipo de conservantes ni agregados de agua y se guarda en las cámaras de frío. Además se congelan las ralladuras de esas frutas que sirven para hacer helados, galletitas, también son utilizadas por los pasteleros, panaderos, destiladores, la industria del té y hasta los cosmetólogos.
Por otro lado, las frutas deshidratadas llevan un periodo de 1 mes y medio a 2 meses. Se colocan las cáscaras en hornos solares y posteriormente en deshidratadores industriales, que tardan 24 horas. Las mismas se utilizan para ser destiladas y producir hamburguesas veganas, falafel, salsas, kombuchas, kéfir, mermeladas, blends, cremas, jabones exfoliantes y bebidas. Con el polvo se hacen saborizantes para las comidas.
Las frutas no son sometidas a procesos de sumersión en fungicidas y aditivos desinfectantes. Tampoco se les aplican ceras al solvente ni al agua. El único proceso es el lavado y cepillado. No utilizan técnicas de manipulación genética u otro tipo de adulteración, en ninguna de las etapas de elaboración del producto, tanto en la producción primaria como en la producción secundaria.
Con estos procesos, las frutas conservan todos sus aceites esenciales en perfecto estado, se trasladan en cámaras de supercongelado desde el campo de Saladas hasta el mercado Beccar y se distribuyen a los clientes.
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