Este crecimiento no es un fenómeno aislado. Responde a una política pública sostenida que apuesta a la diversificación productiva, la inclusión de familias rurales y el fortalecimiento de la economía regional.
La estrategia misionera no solo busca eficiencia económica, sino también estabilidad social y ecológica. La acuicultura, en este contexto, se consolida como motor de arraigo rural: permite que miles de familias permanezcan en sus comunidades desarrollando emprendimientos rentables, sostenibles y con proyección a futuro.
El respaldo estatal no se limita a lo productivo. La provincia impulsa campañas de sensibilización para fomentar el consumo de pescado local, promoviendo hábitos alimentarios saludables y creando una demanda interna que dinamiza el mercado.
La combinación entre apoyo técnico, formación, conciencia ambiental y planificación estratégica ha generado una red productiva robusta y en expansión. El resultado es un modelo de desarrollo que conjuga sostenibilidad, inclusión y competitividad, y que posiciona a Misiones como referente nacional en acuicultura.
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