El cambio no solo representa un hito logístico, sino que también implica que toda la operatoria —y su impacto económico— quede en la provincia, generando nuevos puestos de trabajo y sumando divisas a la economía local.
Según detalló Azula, la operación comenzó con el envío de seis contenedores, a los que se sumarán otros diez en la primera semana de agosto. La proyección para los próximos meses es alcanzar un flujo sostenido de hasta 100 contenedores mensuales durante medio año, lo que consolidaría al puerto como un actor relevante en la exportación de productos primarios.
El proceso de habilitación y coordinación logística, que involucró a organismos como Aduana y Senasa, comenzó en enero y se extendió por seis meses. La administradora resaltó el trabajo conjunto que permitió destrabar la operativa, y destacó especialmente el acompañamiento del diputado nacional Carlos García (LLA) en las gestiones ante Nación.
De cara al futuro, el foco está puesto en la habilitación del depósito fiscal del puerto, para lo cual se están completando los últimos requerimientos técnicos y de seguridad exigidos por la Aduana. Además, se proyecta avanzar en la integración logística aérea, aprovechando la proximidad con el aeropuerto de Resistencia, lo que posicionaría al puerto como un hub multimodal estratégico.
“El puerto tiene que volver al lugar que nunca debió perder”, concluyó Azula, dejando claro el objetivo de consolidar a Barranqueras como una puerta de salida clave para las exportaciones chaqueñas.
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