En la propia industria se hace todo el proceso, es decir que no compra canchada de terceros para poner en su paquete, sino que compra la hoja verde de los productores y eso pasa por el secado, estacionamiento, molienda y envasado, todo en la misma planta. La trazabilidad es estricta y eso es lo que perdura en el tiempo y mantiene la calidad, y lo que lleva al sabor.
Andresito es una yerba que está bastante impuesta en el mercado, con un importante foco comercial en gran Buenos Aires, como así también en Córdoba, Rosario y Resistencia. En el resto del país están presentes por distintas cadenas comerciales pero en menor cantidad.
En el 2023 retomaron el comercio internacional, y en este momento hay algunos clientes que están haciendo su segunda compra, lo que lleva a que el producto esté rotando. Exportan a Australia, Nueva York, República Checa, Vietnam y Argelia.
En el mercado interno, más allá de la coyuntura que marca una caída generalizada de la demanda, a la yerba Andresito no le va nada mal. El año pasado terminó octava entre las marcas más vendidas, con un salto significativo con 7,5 millones de kilos hasta octubre, mientras que en 2022 había ocupado el puesto catorce, con 6.393.280 kilos.
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