Se trata de una de las tendencias de consumo de mayor crecimiento en el país en la última década. Comenzó de la mano de improvisados elaboradores que buscaban una alternativa más sana y de mayor calidad a la cerveza industrial para consumir con sus grupos de amigos y hoy es un boom comercial en ciudades como Córdoba, Mar del Plata, La Plata y Buenos Aires.
Uno de los que elaboradores que consiguió salir al mercado y hacerlo con relativo éxito comercial es Diego Saldivia, uno de los propietarios de Cervecería Oveja, marca que ya puede conseguirse en siete bares de Posadas.
Explicó que lo más habitual es comenzar con equipos básicos -caseros- y elaborar para un grupo de amigos. Si el cervecero hace un buen trabajo, ese grupo de amigos insistirá en que continúe y no dudará en aportar el dinero necesario para costear las materias primas y los insumos necesarios. Pasada esa etapa, algunos se toman más en serio la cuestión, se capacitan e invierten y para ellos la elaboración de cerveza deja de ser un hobby para convertirse en una profesión.
“Soy propietario de cervecería Oveja, empezamos en 2011 y cuatro años después le dimos mayor empuje al proyecto. Trabajamos con todas las habilitaciones requeridas, entregamos a siete bares y hacemos eventos”, indicó.
El cervecero reconoció que pese al esfuerzo de muchos elaboradores y el creciente interés de los consumidores, todavía no se puede vivir de la actividad. “La gente se está volcando al consumo, pero lentamente, requiere que se animen a consumir algo distinto a lo que están habituados. El desafío para nuestros cerveceros es enseñar a la gente que hay una variedad más amplia”, consideró.
La cerveza artesanal se elabora en base a cuatro ingredientes: cebada malteada, lúpulo, levadura y agua y se le pueden agregar chocolate, café, pimienta, yerba para darle un sabor distintivo.
La principal característica que diferencia a la cerveza artesanal de la industrial, es que está elaborada solamente con ingredientes naturales y respetando los tiempos que requieren los procesos naturales que dan forma a la cerveza. “Se respetan los tiempos de madurado, guarda y fermentación. No tiene conservantes agregados que aceleran el proceso. El sabor es totalmente distinto, es un camino de idea, probaste una vez una artesanal y es raro que quieras volver a tomar de nuevo las industriales”, afirmó.
Tu opinión enriquece este artículo: