El té blanco, conocido por su proceso artesanal y de pequeña escala, se distingue por su sabor delicado y sus propiedades antioxidantes, gracias a los altos niveles de polifenoles y catequinas. Al ser elaborado a partir de las primeras hojas y brotes tiernos de la planta de té, sin oxidación enzimática, mantiene una calidad superior que lo posiciona dentro del segmento gourmet. Este nuevo marco regulatorio abre nuevas posibilidades para los productores que ya estaban trabajando con esta variedad, al ofrecerles una base legal que respalda su trabajo.
El reconocimiento del té blanco también permitirá que más productores de Misiones se sumen a la producción de esta variedad, ampliando la oferta de productos diferenciales en el mercado de té gourmet. El proceso meticuloso de su producción exige condiciones óptimas de cultivo y una recolección manual, lo que lo convierte en un producto único y exclusivo. Esto también ayuda a diversificar la oferta productiva en la provincia, fortaleciendo la competitividad del sector tealero.
Con la inclusión de los tés saborizados y blends en el Código Alimentario, los productores misioneros podrán ofrecer variedades innovadoras que combinen el té blanco con hierbas, frutas y especias, ampliando su gama de productos y abriendo nuevos mercados. Este paso permitirá a los pequeños y medianos productores acceder a un nicho de mercado más amplio, que valora la calidad y la exclusividad en los productos que consume.
La oficialización del té blanco dentro del Código Alimentario refuerza la identidad del té misionero y posiciona a la provincia como un referente en la producción de té gourmet en América. Con este respaldo legal, los productores locales tienen la oportunidad de generar mayor valor agregado y de diversificar su oferta, consolidando la región como líder en innovación dentro del sector tealero.
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