El corazón de la estrategia es el pastoreo racional y manejo holístico, prácticas que buscan regenerar los pastizales y aumentar la productividad de manera sostenible. Los productores gestionan los animales, los potreros y los recursos naturales de forma que se mantenga un equilibrio entre productividad y regeneración, aprovechando mejor los pastizales y minimizando el uso de insumos externos.
La diversificación también llega a la producción avícola: los pollos pastoriles se crían a pasto, con traslados diarios que aseguran bienestar animal y una carne de calidad diferenciada, más firme y con sabor artesanal. Este tipo de manejo reduce el uso de agua y químicos, ofreciendo alimentos más naturales y trazables, y respondiendo a la creciente demanda de consumidores por productos responsables y sustentables.
Lejos de ser un modelo tradicionalista, el sistema incorpora tecnología para optimizar la gestión del campo, desde electrificadores inteligentes hasta geolocalización de los animales. Esta digitalización permite tomar decisiones basadas en datos concretos, midiendo resultados y validando mejoras en productividad y regeneración del suelo, demostrando que la sostenibilidad puede ser rentable.
La experiencia de Selvas del Río de Oro muestra que la sustentabilidad y la innovación no son incompatibles con la rentabilidad. Al diversificar, regenerar y profesionalizar la gestión, este modelo posiciona al Chaco como una región con potencial para producir alimentos de calidad, eficientes y respetuosos con el medio ambiente, marcando un camino que otros productores de la zona comienzan a explorar.
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