Avatí Sa’yju es el nuevo maíz amarillo obtenido por el INTA El Colorado, Formosa. Su nombre en guaraní representa la idiosincrasia gastronómica de una región íntimamente vinculada con este cultivo y su harina. Platos tradicionales como la sopa paraguaya, el vorí vorí, el chipa guazú, el mbeju mestizo, la chipa so’o rellena con carne y otros panificados tienen a la harina de maíz amarillo como protagonista.
Diana Piedra, directora del Centro Regional Chaco-Formosa del INTA, señaló que “todo este proceso, que nos lleva a tener una semilla de maíz amarillo certificada, fue enmarcado en el perfil tecnológico de la Estación Experimental de El Colorado y está muy ligado al desarrollo del cultivo en la región”. “Ahora vamos a contar con una semilla certificada que va a aportar al desarrollo del cultivo en la región”, destacó Piedra quien añadió: “Se trata de un germoplasma mejorado, pero adaptado a la zona agrícola de la provincia de Formosa que se destina sobre todo a la alimentación humana y, en este caso, muy ligado a la cultura culinaria de la región ya que es ideal para la preparación de comidas típicas ligadas a las raíces de los pequeños productores formoseños”.
Contar con este insumo va a favorecer la expansión del cultivo. “Para nosotros es un gran logro tecnológico”, expresó la Directora del INTA y puntualizó que, gracias a la retroalimentación permanente con el gobierno provincial, hoy, contamos con un producto con alto impacto en la región en el corto plazo.
Por su parte, Edgar Porfirio Pajuelo Ríos, director de la Estación Experimental El Colorado, señaló: “Siento una gran satisfacción de haber acompañado a un valioso equipo de trabajo que, en silencio y con alto grado de compromiso, logró este aporte de tecnología”. Y agregó: “Es una gran posibilidad que tenemos hoy de desarrollar este cultivo como una alternativa para los productores de la región. Vemos con mucho agrado que pueda expandirse y nosotros desde lo institucional estamos acompañando este proceso”.
Si bien el potencial de rendimiento de esta variedad es de entre 3.000 a 3.500 kilogramos por hectárea, menores a los maíces híbridos forrajeros, su rendimiento en producción de harina supera el 90 % y cotizan entre dos y tres veces más en el mercado. Es que la harina de maíz amarillo reúne condiciones óptimas con elevada calidad nutritiva para la alimentación humana en general y para celíacos, en particular.
Además, la harina de maíz es un producto muy demandado en toda la región durante todo el año y comercializado a pequeña y gran escala, desde ferias y dietéticas hasta supermercados e hipermercados de la región. A su vez, se trata de un cultivar con capacidades para adaptarse tanto a los modelos productivos agroecológicos como a los intensivos. Otro de los aspectos importantes es que los productores pueden obtener sus propias semillas.
Desde el INTA reconocieron que, si bien esta variedad permite cubrir la demanda regional, existe una demanda concreta para su expansión mediante transferencia técnica a Paraguay y Bolivia.
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