Simons destacó que, aunque informes oficiales hablan de una baja del 12%, el impacto real en supermercados de proximidad y pymes supera el 30%. “La mayor caída se observa en productos lácteos, con un desplome superior al 25%, y en la carne vacuna, donde el consumo no logra compensarse con opciones como pollo o cerdo”, explicó. Además, señaló que el consumo de verduras se limita a lo básico, mientras que otros productos, como fiambres premium y postres, desaparecieron prácticamente de las góndolas.
El representante del sector mostró preocupación por las ventas de productos navideños, que, según afirmó, no están generando expectativas de grandes márgenes. "Muchos supermercados de proximidad todavía no han hecho stock de productos navideños, esperando ofertas de último momento", comentó. Al mismo tiempo, resaltó que los productos de panadería artesanal son una opción más accesible y competitiva frente a las marcas industriales.
Simons enfatizó que los altos costos de servicios básicos como la electricidad y el agua (que aumentaron hasta un 300%) agravan la situación. Esto, sumado a una presión fiscal constante, pone en jaque la rentabilidad.
Ante este contexto, Simons llamó la atención sobre la necesidad de políticas que alivien la presión fiscal y promuevan el consumo, especialmente de productos esenciales. "Estamos caminando por la cornisa, y la situación no parece mejorar", concluyó.
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