En el marco de una iniciativa que tuvo importante acompañamiento en el sector privado, con muchos productores que se volcaron a la producción de trigo, este cultivo no tradicional de Corrientes tuvo en 2018 y 2019 buenas campañas.
En este sentido, técnicos del Inta Mercedes mostraron los resultados de los ensayos que realizaron en la Estación Experimental de Mercedes, con un panorama alentador con vistas a futuro.
En la introducción del trabajo presentado señalan que la evaluación de variedades e híbridos comerciales y experimentales de distintos cultivos ha estado siempre presente, en el caso del trigo, de amplia difusión nacional, año tras año se evalúan variedades de reciente aparición en el mercado, y otras ya afianzadas, validándose sus características en las distintas regiones.
Estos ensayos en red permiten determinar para cada material su potencial de rendimiento, su comportamiento sanitario frente a las principales enfermedades del cultivo, y las etapas fenológicas, ya que esos parámetros permiten tomar una decisión a la hora de sembrar.
Durante la campaña 2019, se registraron rendimientos elevados, superiores a la media debido a las condiciones climáticas favorables y al uso de paquetes tecnológicos muy eficientes; a esto se suma el incentivo de los precios internacionales, contribuyendo esto al incremento del área triguera argentina.
El ensayo de llevó a cabo en la EEA Inta Mercedes, sobre un suelo clasificado como Argiudol típico de textura franco fina. La colección de variedades sembradas constó de 28 materiales de ciclo corto y 19 de ciclos largos. La siembra se efectuó el 05/06 para ambos grupos, produciéndose la emergencia el 12/06.
Los factores climáticos que más inciden sobre el desarrollo del cultivo, son la temperatura (amplitud térmica y heladas) y el comportamiento de las lluvias, las cuales durante el ciclo de cultivo (mayo-octubre) tuvieron injerencia directa sobre el rendimiento.
Con respecto a la disponibilidad de agua, la acumulada en el suelo al momento de la siembra era abundante ya que durante el mes de mayo ocurrieron lluvias intensas lo que permitió tener un perfil recargado. Ese perfil recargado permitió que no se registraran etapas de estrés hídrico a pesar que durante septiembre las precipitaciones al momento de la floración fueron escasas.
Esto último influyó en la poca o nula incidencia de hongos (Fusarium). La antesis (floración) ocurrió entre el 24/08 y 11/09 para los cultivares de ciclo corto. Finalmente, durante el mes de octubre se realizó la cosecha antes de las importantes precipitaciones acaecidas en la segunda quincena.
La temperatura mínima durante la etapa de macollaje estuvo por debajo de los valores históricos, permitiendo una buena formación de macollos, cuando sabido es que esta etapa (macollaje) se ve limitada en esta región, por que las horas de frío son insuficientes para lograr una mayor expresión de esta fase.
Durante el resto del ciclo de cultivo, la temperatura, se comportó adecuadamente para permitir el desarrollo y llenado de granos.
Los rendimientos obtenidos, demuestran que existe un número de variedades de ambos ciclos que se comportan con buena performance, todos los años.
Los cultivares de ciclo corto, al igual que en la mayoría de las campañas, lograron más rendimiento (kg/ha) que los de ciclo largo. Finalmente, se puede afirmar que cuando las condiciones ambientales son óptimas, el trigo responde.
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