El ICRR, es uno de los institutos más referenciales de la región. Lucas Peyrano es su cara visible y sosteniéndolo, un equipo de profesionales y equipamientos con tecnología de vanguardia.
Radiología, mamografía, tomografía, ultrasonido, medicina nuclear, resonancia magnética, PET/TC (por emisión de positrones), son algunos de los servicios que dispone el ICRR.
Así como eficientes extensiones tal como el Piso de la Mujer, una planta con equipamiento y personal específico está destinado a detectar o prevenir los problemas más comunes y significativos de la mujer: cáncer de mamas, ecografía , distintos aspectos ligados a la ginecología; osteoporosis (las mujeres son más propensas a padecerla).
Para Lucas lo principal es el trato humano, el objetivo de todos los días, el punto de oportunidad, de capacidad de visión en querer mejorar la calidad de vida o el sistema sanitario en que nos toca convivir y es esa mi lucha todos los días. Eso hace el lazo tan fuerte con la institución que hoy es mi casa y poder traer tecnología que permita a nuestra gente no tener que viajar a Buenos Aires para atenderse .
El rol comunitario es el emblema. Por eso no se habla de una empresa, sino de una institución comunitaria, comprometida. Y podríamos ubicar en este contexto las ya clásicas campañas cada 19 de octubre sobre concientización y prevención y detección temprana del cáncer de mama.
45 años es muchísimo tiempo. El ICRR dejó de ser una empresa para convertirse en una institución comunitaria con la filosofía de contener al paciente, de no cobrar plus y trabajando con coberturas amplias de salud.
En resumidas cuentas, un bastión, una institución de salud líder, a través de la prestación de servicios médicos de excelencia en las áreas de diagnóstico, prácticas médicas y quirúrgicas ambulatorias. Promoviendo la prevención, la investigación científica y la formación de profesionales con estándares de nivel internacional.
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