Según explicó Cristian Burna, presidente de Bufaleros del Iberá, la reciente obtención de la personería jurídica permitió al sector avanzar en proyectos estructurales, entre ellos la industrialización de la carne. El objetivo es comercializar cortes envasados al vacío y acceder a cadenas de supermercados, un paso clave para agregar valor, formalizar la oferta y cumplir con los estándares que exigen los mercados externos.
Desde el punto de vista productivo, el búfalo muestra ventajas competitivas para la región, especialmente en campos bajos y suelos marginales. El ingreso de nuevos productores y la migración desde sistemas mixtos hacia rodeos 100% bufaleros responden a una mayor rentabilidad relativa frente al ganado vacuno, en un escenario donde la eficiencia productiva es determinante.
El dinamismo del mercado se refleja en los precios. Ventas de búfalas preñadas con garantía de preñez superaron los 1,9 millones de pesos, un valor que evidencia expectativas de largo plazo y confianza en la actividad.
Ituzaingó se consolida como plaza ganadera del norte, con remates que superan las 1.200 cabezas y genética homogénea. En un contexto de escasez de stock y demanda externa firme, el búfalo emerge como una proteína con potencial exportador, capaz de ampliar la oferta argentina y diversificar la matriz ganadera.
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