Aguilar comenzó advirtiendo sobre el impacto de la reciente elección en Venezuela, indicando que “las democracias no solo caen por golpes de Estado, sino que se van carcomiendo desde adentro”. Este fenómeno, según él, puede influir en la economía regional, señalando que “hay que ser muy cuidadosos” con el fortalecimiento de las dictaduras y la erosión de las democracias en América Latina.
En relación con la economía argentina, el ex senador destacó el desafío que enfrenta el nuevo gobierno de Javier Milei: “Es dificilísimo estabilizar una economía, reducir la inflación cuando todos los precios relativos están atrasados”. En este contexto, mencionó las ventas récord de dólares por parte del Banco Central en julio, resaltando que “se vendieron en total 3.000 millones de dólares”, lo que indica una situación crítica de reservas.
Al abordar el tema de las reservas, el ex ministro de Economía provincial reflexionó sobre la presión social que enfrenta el gobierno en este aspecto: “La gestión económica tenía algún sentido, pero lo que recibe Milei es muy negativo”. Enfatizó que la situación económica se ha deteriorado significativamente, argumentando que “ya cayó la primera ficha” de un colapso inminente. “El Gobierno no va a tener reserva, se va a ir empeorando su situación de reserva a medida que pase el tiempo”, advirtió.
Sobre el posible futuro económico, el economista expresó su preocupación por una “gran devaluación” que podría ser más severa que la ocurrida en diciembre pasado. Afirmó que “la única salida que hoy tiene el plan económico” es la posibilidad de que un gobierno de Donald Trump facilite un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional, aunque consideró que esta opción es “muy improbable”.
Aguilar criticó la baja de la inflación anunciada por el Gobierno, considerando que es “ficticia”, ya que está relacionada con un dólar que se devalúa lentamente mientras la inflación continúa en aumento. “Cuando tengas que actualizar el dólar, empezás de nuevo a tener que hacer un proceso de desinflación de a poco”, explicó.
Finalmente, el economista se mostró escéptico sobre la posible eliminación del 10% del impuesto país en septiembre, señalando que “no creo que efectivamente lo hagan” debido a la necesidad de mantener un superávit fiscal. En un panorama donde el consumo está cayendo significativamente, concluyó que cualquier alivio tributario sería “marginal” y que las importaciones seguirán racionándose por la falta de reservas.
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