La pandemia de coronavirus obligó a replantear el funcionamiento de buena parte de las actividades comerciales y productivas, pero se sintió especialmente en rubros como bares, restaurantes y cafés, que tuvieron que reinventarse para continuar trabajando a pesar de la emergencia sanitaria. El encargado de atención al público en uno de los locales reconocidos del sector, detalló en declaraciones a Radio Provincia las peripecias atravesadas durante estos casi ocho meses y aseguró que lo fundamental es "aggiornarse para salir adelante". "Es difícil porque estamos trabajando al 50% de lo que lo hacíamos antes de la pandemia, pero hay que adaptarse", resumió.
El funcionamiento de los emprendimientos del rubro atravesó tres etapas tras un breve período de persianas bajas: en la primera, sólo se podía vender por delivery y fue la más compleja por las particularidades que tiene el café y los productos similares. "Llegamos a trabajar al 20% en esos días", relató.
Después, llegó la habilitación para atender con mesas al aire libre, lo que permitió repuntar a medida que la gente se fue animando a retornar a las prácticas anteriores a la pandemia aunque cumpliendo con los protocolos. "Ahora, estamos con mesas al aire libre y en el interior del local, con medidas como el distanciamiento de dos metros entre mesas, con máximo de cuatro personas por mesas. También implementamos las bandejas sanitizantes para los calzados, alcohol en gel en todas las mesas", contó Esteban
La vuelta de los clientes no ha sido masiva. "Los primeros días fue difícil por el miedo y la incertidumbre que había: costaba que la gente se adapte porque no sabía si sacarse el tapabocas o no, también se mostraban reticentes a usar el alcohol en gel que se ponía a su disposición; en fin, todos pasamos por este proceso de aggiornamiento", describió.
Desde su punto de vista, ahora se nota "una conciencia muy grande" en la gente, con el uso masivo de barbijo por parte de los clientes y el respeto por las medidas elementales de seguridad al momento de ser atendida. "Los clientes ya no se paran para pagar, esperan en la mesa que uno le acerque la cuenta; y muchos también se adaptaron a ver los menú con los códigos QR que leen los celulares en lugar de pasarse las cartas físicas de mano en mano", contó.
La emergencia sanitaria generó un descalabro generalizado con fuerte impacto en la economía, que se tradujo en pérdida de miles de puestos de empleo en varios sectores. Esteban resaltó que en su lugar de trabajo eso no ocurrió porque la prioridad fue, desde el primer momento, "sostener las fuentes de trabajo". "Entendemos que es un momento muy difícil y en otros lugares se tuvo que hacer porque no quedaba otra, pero lo cierto es que nadie quiere perder a sus trabajadores: cuesta mucho formar equipos y una vez que se logra se intenta sostener", aseguró.
Priorizar las fuentes de trabajo no fue una tarea sencilla. Para muchos comercios y locales del rubro implicó postergar deudas con proveedores, y eso genera nuevos trastornos económicos. "El día a día se complica: la carga impositiva es muy pesada, tenemos costos cada vez más altos y se hace difícil vendiendo la mitad, pero la prioridad son los empleados y en seguir trabajando", explicó.
Los horarios vigentes son de 8 a 14 y de 16 a 22. A partir de las 21 las ventas se realizan con delivery y take away, que permite a los clientes pasar por el local a retirar los pedidos. "Todos los pedidos son bienvenidos y ayudan a sobrellevar esta situación", cerró.
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