En este periodo tienen unas 2.000 plantas de lechuga y logran unos 570 paquetes de rúcula. Los productos se comercializan por unidad, con raíz, envasados en bolsas de polipropileno. Esto aumenta la vida de la planta en post cosecha. Presentan máxima capacidad de producción en verano, donde los tiempos de crecimiento se acortan.
El emprendimiento familiar Panambí está contemplando en un plan de crecimiento, que será propiciado por el Gobierno y cuya siguiente etapa consiste en construir 4 invernaderos más de 7x24 m, que arrojan un total de 672 m2, para producción de verduras de hoja. Esto ampliará la producción a 10.000 plantas de lechuga y 3.400 paquetes de rúcula más. Cada 1 m2 de invernadero tiene un costo de $ 786 por m2. El costo de todo el sistema hidropónico, incluyendo sus instalaciones tiene un costo de $ 3.545 por m2.
En cuanto a la etapa proyectada de cultivo de frutilla, que ya transita la primera etapa de prueba en esta campaña, se busca producir frutos de más valor, y de mejor calidad de los que ofrece hoy el mercado, en forma sostenida, durante todo el año. Desde Panambí consideran, que las condiciones controladas que constituyen un sistema semi-hidropónico bajo invernadero, son las adecuadas para dicha producción.
En las regiones tradicionales frutilleras, se están reconvirtiendo hacia la producción en sustrato, para disminuir carga de enfermedades, agotamiento de suelo, y mejores condiciones de cultivo bajo cubierta.
Uno de los emprendedores de Panambí, Martín Canteros se refirió al inicio de la producción de frutillas semi-hidropónicas. Recordó que el emprendimiento comenzó en octubre-noviembre de 2019, en Colonia Benítez, abocado a la producción de hojas. Reconoció, además, que la mayor demanda es “cuando hace más calor”.
El emprendedor aclaró que se encuentran en gestión de créditos del Estado provincial, para ampliación de proyecto y destacó que parte de los plantines de frutillas adquiridos fueron a través del Ministerio de Producción, Industria y Empleo, con quien mantiene “comunicación permanente”.
Respecto de la producción de frutillas, Cantero explicó que la misma comenzó alrededor de dos meses atrás, y que la cosecha inició hace aproximadamente 15 días. En ese punto, reconoció que “es un camino que estamos andando, para manejar la nutrición, pensando en tener un sistema productivo para que el ciclo nos dure 2 años”.
El emprendimiento cuenta con dos puntos de venta en Benítez, varios en Resistencia y un proveedor en el Mercado Central. Canteros remarcó que, cada vez más, “la gente demanda verdura hidropónica” y contó además que la particularidad de comercialización, (especialmente de hojas) es que la gente adquiere la planta, a diferencia de las comercializadas regularmente que se venden por bulto o por peso.
Entre las ventajas de este sistema es que “se puede producir 9 a 10 cosechas por año, con respecto al suelo que podemos hacer 3 o 4 haciendo muy bien las cosas”. En esa línea, el productor detalló que “al no estar en el suelo la planta, sino en un medio acuoso (con riego constante durante los horarios en que hay luz), tenemos mucha menor presencia de enfermedades: las plantas no se enferman y el ataque de plagas se disminuye muchísimo”.
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