Entre la expectativa y el entusiasmo. Así podría definirse la manera en que por estos momentos transita el ánimo de los exportadores locales. Es que, con un dólar que prácticamente duplicó su cotización en estos primeros ocho meses, el escenario asoma como favorable para la tan reclamada “competitividad” que demanda el sector. “Es un mejor contexto para todos. Misiones es una provincia de perfil netamente agroexportador, con productos como el té, el tabaco, la yerba mate o el citrus; además de la pasta celulósica”, apuntó como primer concepto el economista Raúl Karaben.
Hacia fines de diciembre el dólar cotizaba a 17, 80 pesos, mientras que este miércoles la pizarra del Banco Nación cerró en 34,50 pesos por cada dólar. En principio, todo hace presuponer que con este tipo de cambio las ventas al exterior deberían arrojar números muy positivos. Sin embargo, todavía resta camino por desandar. “El mayor problema que tenemos son los impuestos, que en algunos casos se superponen y el costo laboral, donde todo lo que se vincula al sistema de seguridad social y los sindicatos tiene mucha incidencia”, añadió Karaben.
En ese sentido, aclaró que cada actividad tiene sus propios costos, tanto laborales como de insumos y de energía. “No es lo mismo el sector maderero donde se siente más el costo de la energía, que la yerba mate o el tabaco, donde juegan más fuerte otros items como la mano de obra”, explicó.
El otro “gran tema” al momento de jugar en el mercado internacional es la continuidad. Los clientes necesitan previsibilidad, continuidad. Recuperar un mercado perdido es una tarea ardua. Y eso suponiendo que se lo pueda recuperar.
Algo de esto le ocurrió al sector citrícola, que en años anteriores logró exportar hasta 12 mil toneladas a mercados como Europa y Rusia. El año pasado apenas fueron 800 toneladas. A partir de una estrategia diseñada por la Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones, esperan cerrar este 2.018 con casi 2.000 toneladas; en su mayor parte con destino a Brasil. “Tenemos que volver a recuperar Europa y Rusia que nos compraban fruta fresca”, apuntó Carlos Satur, presidente del Consejo de Administración.
Para esta entidad, la cotización “de corte” estaba en los 25 pesos. Es decir; a partir de ese valor para el dólar, el negocio volvió a ser atractivo. “Con este tipo de cambio el panorama es mejor, cambió el tablero de control. En nuestro caso, un costo importante está en el valor agregado, que cuando hablamos de la fruta se traduce en mano de obra”, explicó y agregó que el mayor ingreso lo tienen por exportaciones de jugos de mandarinas y limones a países de Europa como Italia, Alemania, Dinamarca e Inglaterra. Pero su mayor desafío es recuperar el protagonismo en fruta fresca. “Siempre mantuvimos las certificaciones y las buenas prácticas agrícolas en las quintas. El tema es que tenemos que volver a convencer a nuestros clientes. Y eso lleva tiempo”, remarcó.
Por su parte, Karaben consideró que otras actividades, como el caso del tabaco o el té, deberían verse beneficiadas en las campañas futuras. En ambos casos – sostuvo – el precio para los productores debería mejorar. “De todos modos, hay que analizar sector por sector, porque cada uno tiene sus propios costos. Arriesgar un análisis para todos en general no es lo adecuado”, aclaró finalmente.
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