Las razones pueden ser varias: desigualdad en los salarios, una carga laboral injusta e, incluso, la apariencia física hacen parte de las principales razones por las que las personas suelen envidiar a sus colegas. En primer lugar, la persona te minimiza y no cree que merezcas el puesto o la responsabilidad que te han dado. Este tipo de causa se da porque la persona piensa que no ocupa el puesto que debe por culpa de todos los que le rodean, no por sus propias limitaciones y carencias competenciales. O bien, la persona es consciente de su límite y recorrido empresarial y no quiere verse superada por sus compañeros, por lo que intenta que estos no avancen ni se desarrollen dentro de la compañía. En ambos casos el foco de la persona que siente celos son todos aquellos que están a su alrededor.
El daño puede manifestarse de dos maneras: pasiva o activamente. En el primer caso, la persona no lo manifiesta, pero eso no significa que el sentimiento no lo esté afectando, evidenciado en problemas de agresividad y depresión. Por otro lado, cuando la envidia se manifiesta de manera agresiva se puede recurrir a la agresión verbal y la física.
El ambiente "tóxico" en las empresas es muy frecuente, y en la mayoría de los casos, se debe al estilo de gestión de los superiores o los errores en relación al manejo de grupos, despreciar los logros de los empleados, el favoritismo, no fomentar la comunicación entre todos, etc. Los empleadores deben ser sumamente claros y transparentes en cuestiones de ascensos, procesos de selección y niveles de jerarquía, porque de esta manera evitarán que se pueda generar incomodidad dentro del clima organizacional. Mientras los empleados sepan las reglas de juego “no sentirán que se está cometiendo una injusticia”.
¿Hay diferencias entre hombres y mujeres?
Un estudio realizado por investigadores de las universidades de España; Holanda, y Palermo, en Argentina, afirma que no hay distinción de género cuando se sienten celos o envidia de un colega de manera profesional. Hombres y mujeres sienten celos profesionales de la misma manera y motivados por los mismos intereses. Salario, jerarquía, poder, entre otros. Sin embargo, hay algunas razones que son particularmente más frecuentes en cada uno de los géneros. Por el lado de las mujeres, el estudio recogido en una Revista de Psicología Social afirma que son más comunes los celos por la apariencia física, mientras que a los hombres este indicador les es indiferente. Pero por el lado masculino, la principal causa de celos son las habilidades sociales de sus colegas y cómo interactúan con el género opuesto.
¿Cómo podemos superar estos celos?
Después de mucho leer y hablar con especialistas en las temáticas hemos encontrado un par de tips que creemos útiles para mejorar nuestro entorno laboral:
*Trabajar el networking dentro de la empresa. Busca aliados y personas con las que colaborar y que aprecien sinceramente tu trabajo y cooperación. El verdadero networking es juntarse, charlar, contar tus proyectos, donde estas parado, cuál fue tu inconveniente, que el otro te cuente y pueda formar una red.
*Empatizar: y buscar entender cómo la persona se puede estar sintiendo al tener ese celo de un compañero de profesión. Buscar la otra perspectiva te hace rebajar la tensión y sobre todo evita reacciones impulsivas por tu parte, que solo lograrán hacerte perder el control de la situación.
*No modificar el rendimiento en el trabajo: ni pretender cambiar; intentar que no sientan celos de ti dejando de brillar o siendo excelente no es la solución para que los demás se sientan mejor. Es tu luz y no tu oscuridad lo que hará que brilles. Y si sabemos aprovechar esa luz sucederá lo que claramente expresó Carina Onorato de Bulat en la séptima edición del ciclo mentores en la cámara de comercio del Chaco: “si vos estas al lado mío y la rompes, tu brillo es la mejor iluminación que yo puedo tener”
*Centra el foco en tu propio desarrollo profesional: y en la excelencia en tu desempeño laboral. Presta seguimiento a lo que se dice de ti, pero sobre todo usa herramientas como el feedback 360º para aprovechar los comentarios y mejorar en tus competencias y relaciones laborales. No focalices tu atención solo en aquellos que hablan mal de ti o en sus comentarios, te hará perder la dirección y por tanto los objetivos personales que te has marcado.
*Mantén el respeto por tus iguales: y actúa como si tu equipo fuese lo primero, maneja la situación como si de tu propia empresa se tratase, documentada en todo, buscando que todas las partes ganen y con mucho tacto.
*Huye de cualquier comparación: sea del tipo que sea. A un empleado envidioso no le gustará saber qué hacen sus compañeros mejor que él; ni siquiera lo que hacen igual de bien que él. Mejor ilustrar tus ideas con otros ejemplos que huyan de las comparaciones.
*Si en tu entorno laboral tu jefe tiene su ‘candidato favorito’ y la situación es complicada para apaciguar tus ‘celos justificados’ revierte la situación trabajando en equipo con él y esfuérzate por ganarte su confianza y simpatía. Recuerda que muchos ‘favoritos’ del jefe pueden tener una razón: más tiempo trabajando en la empresa, más experiencia, o buen manejo de situaciones en tiempo de crisis. No juzgues de antemano.
Juan Marcelo Darnay: “La curiosidad provoca incomodidad”
Hace un tiempo entendí que incorporar a tu vida dos simples cosas pueden transformarte en una persona valiosa para otros y para vos mismo. Disfruto y aprendo de las personas todo el tiempo, por eso cada día, me duermo y me despierto pensando que puedo dejarle al mundo que realmente valga la pena o que puedo compartir con los demás para que todos disfrutemos de potenciar e incorporar nuevas herramientas.
Es un trabajo de todos los días, con vos mismo y con todos los obstáculos que persiguen ser protagonistas exclusivos de todo lo que hacemos. He aprendido también, que la curiosidad provoca incomodidad, para uno y para otros y eso también es un trabajo cotidiano. Ser joven empresario no significa éxito o dinero, puede asegurarte si amores y odios, esfuerzo y dedicación. Pero por sobre todas las cosas, ser joven empresario te promete algo, mostrarle al mundo que tenes el valor para escribir tu propia historia.
Alejandra Cáceres: “La pasión da miedo”
Cuando somos jóvenes y tenemos la oportunidad de trabajar de lo que nos gusta, despertamos todos los días con la emoción por generar nuevas y buenas ideas. Nos esforzamos por demostrar nuestras “competencias” y aprender otras. Nos apasiona nuestro trabajo, tanto que no se siente el cansancio. O quizás sí, pero la satisfacción de una tarea bien lograda recompensa la fatiga. Entonces… ¿Qué sucede a mí alrededor?, ¿A todos nos apasiona lo mismo?, ¿A mis compañeros les fascina trabajar de lo mismo que yo?
Eliza De Pedro, Lic. En Psicología (MT 7142) oriunda de la ciudad de Formosa y actualmente viviendo en Rosario, Santa fe me explica: “La verdadera oportunidad que tiene un joven es la posibilidad de poder buscar algo que lo motive en su hacer, algo que lo convoque en su deseo porque ese es el verdadero trabajador que necesita una sociedad. El verdadero empleo es aquel que uno puede pensarse allí, aquel que uno puede sostener con el deseo con la motivación, con las preguntas”.
Muchas veces olvidamos al otro en esa “pasión laboral” y el otro se relaja en un solo objetivo alcanzado. “Esto es lo que muchas veces traen los jóvenes a los trabajos que están marcados por la comodidad. Personas que sostienen un puesto de trabajo por mucho tiempo que a veces quedan en esa confort de no preguntarse o no verse convocado por algunos temas porque lo reproducen de manera casi mecánica” aclara De Pedro.
En finalizar cada actividad a la que me dedico, reflexiono sobre mis objetivos alcanzados, el “como” y el “para que”. Observo y siento el miedo que genera una persona emprendedora, proactiva, apasionada en su quehacer cotidiano. Pero mi nuevo propósito, a la hora de trabajar en equipo, será encontrar la forma de contagiar, a mis pares esa pasión que siento todos los días cuando me dedico a hacer lo que me gusta.
El sabio de Mahatma Gandhi decía: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. Pues de eso trata todo. Dejar las competencias personales a un lado y comenzar a trabajar en equipo. Cuando haya algo que queramos cambiar o mejorar, no tenemos que dejarlo en manos de nadie ni caer en la frustración o envidia, hay que empezar por superarse a uno mismo y explotar el cambio. Al final, la sensación se traduce en un cambio global.
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