La cooperativa chaqueña, conformada en su gran mayoría por mujeres, es pionera en el país en lo que refiere a la provisión de servicios de cuidado de adultos mayores y personas enfermas o en situación de discapacidad.
Algunas de las 85 trabajadoras de esa empresa social tienen, por primera vez, un trabajo en blanco con el acceso a derechos básicos que ello implica: una obra social y seguro de vida. También pueden alquilar un lugar donde vivir y hacerlo dignamente.
Soltrecha cumplió 20 años y participa de las mesas de trabajo del Gobierno nacional y de un proyecto de ley para, entre otras cosas, que su trabajo sea reconocido como profesional.
La cooperativa es miembro de la Federación de Cooperativas de Trabajo. Al comienzo, a pura necesidad, las cuidadoras fueron autodidactas, y hoy no conciben al cooperativismo del cuidado sin capacitación.
La presidenta de Soltrecha cuenta que comenzaron en el 2001 como una pata de una ONG italiana y que, a los seis años, cuando se disolvió esa organización, decidieron conformar la empresa, "una cooperativa verdadera", porque veían que en el sector de los cuidados personales había una gran falencia, y era el compromiso, se necesitaba que, si se iba una cuidadora, hubiera otra.
Además, un trabajo con amorosidad, porque "nuestro concepto es cuidar a ambos lados: pacientes y trabajadoras. Tanto las personas que cuidamos como a nosotras mismas".
Hoy, aún, las trabajadoras del cuidado del trabajo están dentro del estatuto del servicio doméstico.
Si la Mesa Interministerial de la Nación y el proyecto de ley que se tratará en Diputados lo resuelven, tendrán sus propias reglas e identidad. También podrán, por ejemplo, con una mutual, acceder a una guardería, ya que para quienes son madres es imperioso por el horario pero, también, porque sus hijos han sido víctimas de abuso en casa de vecinos y familiares.
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