Simons destacó una situación inusual en el mercado de productos navideños. “Sorprendentemente, los productos como sidras, pan dulces y budines están bajando de precio debido a la alta competencia entre las grandes cadenas de supermercados, los mayoristas y los distribuidores. Muchos precios están al nivel del año pasado, lo que genera mejores expectativas de venta”, señaló.
En cuanto al consumo tradicional de carnes, Simons reconoció que los precios siguen siendo elevados, aunque se mantienen estables por el momento. “Probablemente, este año las familias opten por platos más económicos, como matambre, peceto o pollo, en lugar del clásico asado argentino”, indicó, sugiriendo que la imaginación será clave para preparar una mesa festiva adecuada sin incurrir en grandes gastos.
Además, resaltó que las promociones con billeteras virtuales y tarjetas de crédito incentivaron las compras anticipadas. “Este año hemos visto más organización entre los consumidores, quienes aprovechan descuentos significativos para armar sus mesas navideñas con mayor variedad”, afirmó.
Pese a todo, Simons subrayó los desafíos estructurales que enfrenta el comercio en Resistencia. “El poder adquisitivo de la población es muy bajo, con un 50% viviendo en condiciones de pobreza y muchos trabajando en la informalidad. Esto limita severamente la demanda”, advirtió.
A pesar de estas dificultades, Simons expresó un moderado optimismo para las fiestas. “Con un poco de creatividad y organización, las familias podrán disfrutar de una buena mesa esta Navidad, incluso en un contexto económico desafiante”, concluyó.
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