En el conversatorio, y ante el pedido de los productores sobre nuevas variedades de semilla de algodón, hablaron el genetista del INTA, Mauricio Tcach y el director del semillero Gensus, Alejandro Fried.
El anuncio sobre nuevos eventos lo hizo Tcach al afirmar que la campaña venidera se inscribirá las imidazolinonas-IMI-, que concentran un grupo de moléculas con acción de herbicidas residuales que se pueden aplicar a cultivos en post emergencia o al suelo.
Esto permitirá que el algodón se pueda integrar a la rotación de otros cultivos tolerantes como sorgo, maíz y soja. También se podrá utilizar en los barbechos, asegurando bajar costos y llegar con el lote libre de malezas al momento de la siembra.
Esta variedad se llamará “Arandú INTA”, y de manera inmediata se comenzará con la marca de la resistencia que se llamará “Imicot Arandú”, porque sería la confluencia de las distintas necesidades planteadas por los productores en cuanto a la necesidad este tipo de semilla.
Alejandro Fried comentó que estan trabajando con una empresa china para encontrar una variedad que sea resistente a la lagarta rosada que es un problema en los cultivos de algodón.
A la par, señaló que apoyan el desafío que es la fibra extra larga que está desarrollando Mariano González junto al INTA Sáenz Peña, que habrá que ordenarlos también y ponerlo dentro de la canasta de productos que el productor puede tener a mano.
En el conversatorio, también se habló sobre el faltante de máquinas cosechadoras para la zafra de una campaña que podría tener un aumento de la superficie.
Gonzalo Parra, gerente de ventas de la firma Andrés Parra & Cía, concesionario oficial de John Deere, anunció el ingreso de las primeras 20 máquinas nuevas importadas de los Estados Unidos.
En el evento organizado por Agroperfiles, se presentó el testimonio de un productor algodonero, Daniel Kempe de Charata, que encaró una serie de trabajos en materia del textil, incluyendo siembra y cosecha, pero también habló de un modelo productivo a escala industrial que viene encarando de manera familiar y que se presenta como un modelo de producción incorporando nuevas tecnologías.
El ingeniero Carlos Caram, empresario textil chaqueño, miembro de la Cámara Algodonera Argentina, brindó detalles de la situación internacional y del impacto que tiene en el mercado doméstico.
El ingeniero agrónomo Miguel Kolar al hablar sobre el algodón y el impacto en cuanto a la captura de la huella de carbono, expuso que su visión personal del tema, señalando que es necesario diferenciar dos modelos productivos:
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El que pretende seguir ampliando la frontera agropecuaria desmontando legalmente según las regulaciones del nuevo OTBN
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Los productores que quieren aprovechar estas oportunidades que da el mercado y producir bajo los estándares que exige la UE, pero con un plus de precio en su producción por cuidar el ambiente
La ingeniera Nydia Tcach del INTA Sáenz Peña expuso un trabajo encarado en forma conjunta entre el instituto de tecnología agropecuaria y la universidad nacional del Chaco Austral.
Se trata de la determinación de periodos de mayor sensibilidad al estrés térmico por altas temperaturas en la etapa reproductiva de cultivares de algodón. Contó la especialista que se observó que el rendimiento disminuye en un 7% aproximadamente en plantas sometidas a un estrés durante periodos cortos de tiempo en la primera etapa del periodo reproductivo y en un 15% durante la segunda etapa reproductiva con respecto de aquellas que presentan dicho estrés por periodos de tiempo más prolongados, es decir,a lo largo de todo el periodo reproductivo. Dichos porcentajes pueden presentar variaciones entre las distintas variedades de algodón.
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