La cabaña “Búfalos SIAP”, del Centro de Inseminación Artificial Ubalino, volvió a destacarse en Palermo por séptimo año consecutivo, marcando presencia en todas las categorías de competencia. Según María Nilda Silva, referente del emprendimiento, el búfalo ofrece un doble propósito —carne y leche— y es capaz de desarrollarse eficientemente con pasturas rústicas. “Es un animal noble, adaptable y productivo. Trabajamos todos los días del año y también abrimos las puertas para formar a estudiantes e instituciones técnicas”, destacó.
En paralelo, el sector explora nuevas oportunidades comerciales, como la incorporación de carne bubalina en dietas institucionales. Productores de la cadena plantean que su inclusión en comedores escolares y hospitales podría mejorar la calidad alimentaria, gracias a sus propiedades: carne magra, baja en colesterol y rica en hierro. Esta práctica ya se aplica en países como India, Italia o Brasil, donde la carne de búfalo tiene amplia aceptación y diferenciación de mercado.
Un desafío pendiente para el sector sigue siendo la visibilidad: actualmente, gran parte de la carne de búfalo se comercializa sin identificación clara, lo que limita la capacidad del consumidor de elegir con información. Desde el ámbito productivo, se insiste en la necesidad de etiquetar, diferenciar y posicionar al búfalo como una opción real en las góndolas y menús institucionales.
La expansión de la ganadería bufalina no solo genera oportunidades económicas, sino que también refuerza el arraigo rural, la diversificación productiva y la sostenibilidad, al aprovechar ecosistemas donde la ganadería tradicional encuentra mayores limitaciones. En ese sentido, Corrientes emerge como un polo estratégico para el desarrollo de esta cadena que aún tiene amplio margen para crecer.
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