De este estudio surge que el 84% de las personas que trabaja en una empresa asocia de manera implícita los puestos de liderazgo o C-Level con el género masculino y los puestos de colaboración con el femenino.
Asimismo, el informe también muestra que el 84% de las personas asocia implícitamente palabras como pragmatismo, firmeza y éxito como cualidades de liderazgo con el género masculino y con C-level y colaboración, empatía e inclusión con el femenino y cargos de asistencia y colaboración, y sólo el 3% no asocia con un género, cargos y comportamientos.
El resto de los encuestados realiza una asociación inversa, es decir, el 12,5% asocia C-Level con femenino y colaborador con masculino o palabras como pragmatismo, firmeza y éxito con femenino y empatía, colaboración e inclusión con masculino, siendo una clara minoría e independientemente del género del encuestado.
Otro de los principales hallazgos del estudio es que las mujeres no se asocian a sí mismas de forma implícita o inconsciente con cargos C-level. Asimismo, se detectó que existe en las organizaciones una gran subvaloración de cualidades como la empatía, la colaboración y la inclusión como habilidades esenciales para ejercer posiciones de liderazgo.
Los sesgos de género se producen por asociaciones implícitas que realiza nuestro cerebro a través de imágenes, conceptos y vivencias que fuimos incorporando a lo largo de la vida y que son consecuencia de la cultura en la que vivimos. Esa cultura creó estereotipos asignando roles, características y funciones a las personas por su género, etnia, edad, entre otros. Los sesgos de género impactan negativamente en el acceso a las oportunidades y barreras que tienen las mujeres para ocupar puestos de decisión y no permiten una real diversidad en las organizaciones.
Las conclusiones que arroja el estudio “Sesgos Implícitos en C-Level”, presentado por Human inLAB y Randstad surgen de los datos de más de 400 hombres y mujeres entre 23 y 70 años que trabajan en empresas de 50 a 7.000 empleados en Argentina, que fueron relevados por el algoritmo de Human inLAB para detectar la permeabilidad de la cultura de las organizaciones a la Diversidad, Equidad e Inclusión.
Los resultados del algoritmo de Human inLAB luego del procesamiento de estos datos indica que dado los sesgos implícitos sobre C-Level y los rasgos detectados en la cultura organizacional, las organizaciones son levemente impermeables a una real Diversidad, Equidad e Inclusión, indicando que aún queda mucho camino por recorrer para que la diversidad sea una realidad en las empresas en Argentina.
Los resultados del estudio muestran que el 84% los consultados vincula no solo C-Level al género masculino y colaborador al femenino sino también asocia al género masculino palabras como firme, exitista y pragmatismo, y al género femenino palabras como sensible, empatía, colaboración e inclusión, producto de estereotipos que no promueven un mix de cualidades en el liderazgo, sino que asignan esas características a uno u otro género.
Las diferentes generaciones no están exentas a los sesgos de género. El estudio demuestra que todas las generaciones, desde los Baby Boomers hasta la Gen Z asocian C-level a masculino y colaborador a femenino. La diferencia encontradas en las cuatro generaciones estudiadas es que la Gen Z realiza esta asociación mayoritariamente de forma “leve”.
Este es el primer estudio a nivel regional sobre sesgos implícitos en C-Level realizado por Human inLAB en partnership con Randstad, a partir de la alianza de colaboración establecida en febrero de 2024 por ambas compañías en la búsqueda de propiciar un mundo del trabajo más equitativo.