Desde la Unión Industrial del Chaco destacaron que la iniciativa ayudará a reducir la carga impositiva y fomentará la instalación de nuevas industrias en parques industriales, dos aspectos fundamentales para sostener la actividad económica en la provincia, golpeada por la caída del consumo y el aumento de costos.
Sin embargo, este alivio local contrasta con la preocupación generalizada por la situación del sector a nivel nacional. Las críticas se centran en la falta de diálogo con el gobierno nacional y en el nuevo régimen de incentivos para grandes inversiones, el cual, según referentes industriales, excluye a los proveedores locales de su cadena de valor. El temor es que se beneficien únicamente empresas extranjeras o de gran escala, sin integración con el ecosistema productivo regional.
A este escenario se suma la presión por la competencia externa. Con la apertura del puerto de Chancay en Perú, productos de origen chino llegan cada vez más rápido a los mercados latinoamericanos, intensificando la competencia en segmentos donde las empresas chaqueñas ya enfrentan serias dificultades.
La crisis del sector se refleja en los números: muchas industrias de la provincia operan por debajo del 50% de su capacidad y han tenido que recortar personal de forma significativa. La pérdida de poder adquisitivo, la baja del consumo interno y el encarecimiento de materias primas están obligando a las empresas a ajustar su producción a una demanda que prioriza precio antes que calidad.
En este contexto, la prórroga de la promoción industrial aparece como una herramienta de contención, pero no alcanza para revertir un escenario de estancamiento que requiere, según los industriales chaqueños, políticas nacionales más inclusivas y un canal de diálogo abierto con las autoridades.