La refinería, que tiene 40 tanques de mínimo 10 millones de litros cada uno y dentro de cuyos ductos y depósitos quedó remanentes de combustible, ya que la empresa comercializó casi todo el stock luego de detener la producción.
Los empleados de la planta tienen abonados sus salarios al día, pero existe un importante riesgo de que la firma, actualmente en concurso de acreedores, declare la quiebra. Esto llevaría a que no se aplique el plan de contingencia necesario para asegurar el mantenimiento de la refinería, lo que generaría un importante riesgo ambiental, habida cuenta de la volatilidad de los elementos con los que se trabaja en la refinería y los diversos aspectos que deben cuidarse a diario, como el venteo de los gases.
En tanto, mientras la nueva administración de la empresa (OP Investments) define cómo hacer frente a esa deuda, tanto la refinería de San Lorenzo, como los camiones cisternas que transportan las naftas y las estaciones de la petrolera atraviesan un escenario de gran incertidumbre.
Es que hay algunas estaciones que ya no son abastecidas por la petrolera, especialmente las más pequeñas. Esto genera preocupación en el Sindicato de Playeros de una provincia que tiene 25 estaciones Oil y en las cuales trabajan alrededor de 500 personas. Se estima que son más de 150 los operarios que se desempeñan en esta ciudad capital.
Eduardo Reynoso, uno de los operarios de la refinería, aseguró a medios rosarinos, que “la refinería es totalmente rentable”, pero advirtió que “con la planta paralizada, hay un peligro ambiental importante”. Según explicó, la planta que contiene materiales de riesgo y unos 25 mil metros cúbicos de hidrocarburos.
Ante una consulta, el trabajador señaló que “no tenemos materia prima, no podemos procesar y no se puede hacer la producción de nafta, gasoil y derivados del petróleo”.
Proyecto legislativo
La diputada nacional del Movimiento Evita, Lucila De Ponti, de Rosario, presentó un proyecto de resolución en el que expresa preocupación por el cierre de la empresa petrolera Oil de la localidad de San Lorenzo en relación a los más de 1200 puestos de trabajo directos e indirectos que están en juego y el riesgo ambiental que existen para la población de esa localidad del cordón industrial.
La medida responde a un pedido de los trabajadores, quienes denunciaron que la actividad de la planta se encuentra totalmente paralizada y representa un riesgo directo para sus puestos de trabajo y también por la posibilidad de que se produzcan “consecuencias medioambientales no deseadas y peligrosas para los vecinos”, por el tipo de actividad que desarrolla.
También en el proyecto, además de visibilizar la problemática y su impacto para los santafesinos, se pide la intervención “inmediata e imperiosa” del Ministro de Trabajo Jorge Triaca y su par de Ambiente, Sergio Bergman, para que tomen las medidas correspondientes que puedan facilitar la resolución del conflicto.