El vocal de la Administración Provincial del Agua (APA) y titular del Consejo Hídrico Federal (Cohife), Gustavo D´Alessandro admitió que la bajante más pronunciada y extensa de los últimos 70 años del Paraná genera preocupación en las provincias argentinas que están bañadas por las aguas del río, en la hermana República del Paraguay pero también en Brasil, debido a que en la cuenca tienen una gran cantidad de presas hidroeléctricas que por estas horas tienen sus embalses al 30% y eso genera problemas en la generación de energía eléctrica.
La situación es monitoreada permanentemente por las autoridades provinciales y nacionales, en primer lugar por los riesgos ciertos que la coyuntura implica para la producción de agua potable, pero también por las consecuencias ambientales que podría generar en el corto y mediano plazo. "Según la información que tenemos, del Instituto Nacional del Agua y del Servicio Meteorológico Nacional, los niveles de los ríos se van a mantener bajos y en niveles críticos por falta de precipitaciones, fundamentalmente en las cuencas, para lo que resta de julio, agosto e incluso septiembre", apuntó en diálogo con Radio Provincia.
En este marco, el funcionario consideró que, por los niveles del río y la prolongación en el tiempo, la actual es la "bajante histórica más importante en los últimos 70 años", y anticipó que no hay indicios para pensar en que podría revertirse en el corto plazo.
Representantes provinciales viajaron a principios de la semana a Buenos Aires para analizar la situación junto a las autoridades del Ministerio del Interior y la Jefatura del Gabinete de Ministros. "Hemos logrado que se conforme un fondo de 1000 millones de pesos para comprar equipamientos que aseguren el suministro de agua; basados en informes del INA y del Cohife; a través de este trabajo vamos a impulsar la adquisición de bombas flotantes, grupos electrógenos y sistemas de cañerías que nos permitan sostener la producción de agua potable", puntualizó.
Por estas horas, se estudian los informes realizados por Sameep en cada uno de los acueductos, para delinear las estrategias de acción en el territorio que permitan que el agua llegue para su posterior potabilización.
La Nación responderá en el plazo más corto posible e irá canalizando la ayuda para cada una de las provincias. D´Alessandro apuntó que la bajante tiene un fuerte impacto en la transitabilidad por el río y, de hecho, el puerto de Barranqueras se encuentra "prácticamente sin operar". "Esto genera inconvenientes también en la producción ictícola, con las vedas que corresponden en cada una de las provincias, y en el transporte de combustible por barcazas. planteó.
El presidente del Consejo Hídrico Federal descartó que la situación actual pueda resolverse con la apertura de compuertas de las represas brasileñas o argentinas. "En estos momentos, estamos dependiendo pura y exclusivamente de la naturaleza y lo que debe hacer el hombre es acompañar este proceso en el cuidado del ambiente y el uso racional de los recursos", advirtió.
En este marco, D´Alessandro indicó que la situación se resuelve con lluvias pero no están previstas y apuntó que, incluso, "si las represas no estuvieran, el panorama podría ser aún peor". "Si toda la cuenca del Paraná no hubiese estado regulada con los embalses, la situación podría ser más crítica; hoy están al 30 o 40% y eso nos permite generar energía y tener agua para potabilizar", añadió.