“Hay que reconocer que los rendimientos han sido de muy buenos a aceptables y que el productor ha sacado rendimientos interesantes. Cuando sacamos números en los kilos por hectárea de lo cosechado, son buenos, pero cuando lo hacemos sobre la superficie total sembrada vemos que los rendimientos están bajando”, especificó la ingeniera Etelvina Gesualdo de la Agencia de Extensión Rural de INTA, en Pinedo, que depende de la Estación Experimental de INTA Las Breñas, con cinco departamentos, bajo su trabajo, tanto en agencia y como estación experimental.
A pesar de todo esto, Gesulado rescató: nos acompañó el tiempo para hacer una cosecha bastante eficiente; y también hay que valorar mucho que ha salido mercadería de muy buena calidad, dadas las condiciones climáticas por las que hemos estado atravesando.
Los maíces se favorecieron por las condiciones climáticas del año anterior, que los lotes quedaron con buena humedad en el perfil. Hubo maíces más tempranos, aunque el grueso de la cosecha, comienza ahora y hay que tener en cuenta que los rendimientos son variables, dependiendo del manejo que le ha dado el productor, porque hay algunos que con esta humedad han aprovechado a aplicar tecnología y fertilizar. Los rendimientos podrían ser de unos 4,5, a 7.000 kilos por hectáreas, lo que da una excelente expectativa.
Por su parte el algodón atravesó por diferentes situaciones: la lluvia y algunas cuestiones con la cuarentena que perjudicaron el movimiento de la cadena. En cuanto al cultivo, Gesualdo dijo “los rendimientos son buenos, pero todavía se sigue cosechando. En la región están faltando unas 25 a 30.000 hectáreas. Lo que se cosechó ha dado buen rendimiento, pero cuando hacemos el promedio de lotes por anegamiento obtenemos un rendimiento menor”, señaló la ingeniera.
Hay zonas que fueron muy castigadas como Mesón de Fierro y Hermoso Campo, al principio se dieron una serie de problemas en el tema de la comercialización del algodón, pero por suerte en este momento las desmotadoras están trabajando a pleno.