La propuesta surgió como una respuesta creativa a la problemática del descarte masivo de plásticos y materiales publicitarios. Su fundador, explicó que cada pieza es única, ya que depende de la disposición de colores, formas y tramas presentes en las lonas reutilizadas. El catálogo actual supera los 15 modelos, que van desde riñoneras y mochilas urbanas hasta bolsos de viaje.
Más allá de la innovación en diseño, Nativo se destaca por incorporar principios de economía circular en su cadena de valor. El emprendimiento no solo evita que toneladas de material no biodegradable terminen en basurales, sino que también crea oportunidades laborales a nivel local. “La propuesta cuida el ambiente, pero también genera empleo y promueve el consumo responsable”, destacó su fundador.
Este modelo le permite a Nativo capitalizar tendencias crecientes en el mercado, como la preferencia por productos sustentables, el consumo consciente y el diseño con identidad local. Se trata de una fórmula que apunta tanto al consumidor final como a empresas que buscan proveedores alineados con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Con una base de ventas consolidada en Posadas y presencia en ferias y tiendas de diseño de otras provincias, Nativo se encuentra en etapa de expansión comercial. La escalabilidad del modelo (basado en el acceso a materia prima descartada, mano de obra calificada y diseño diferencial) posiciona al emprendimiento como una propuesta atractiva dentro del segmento de marcas con propósito.
En un contexto donde la sostenibilidad comienza a convertirse en un activo estratégico para los negocios, casos como Nativo Mochilas muestran cómo los emprendimientos regionales pueden convertir desafíos ambientales en oportunidades de mercado concretas.