"De ese total, el fuego afectó cerca de 74.000 hectáreas del Parque Nacional Iberá (casi el 40% de su superficie), que corresponden a humedales, pastizales y bosques únicos por su biodiversidad, hogar de especies amenazadas como el venado de las pampas, el aguará guazú y el yetapá de collar, y donde estamos trayendo de vuelta especies extintas como el guacamayo rojo, la nutria gigante y el yaguareté", señaló la fundación.
Además, indicaron que en el Parque Iberá, los portales de acceso Carambola, San Nicolás, Cambyretá, Yerbalito, Laguna Iberá, San Antonio y Galarza fueron severamente afectados, con importantes daños de infraestructura, incluyendo la destrucción de decenas de kilómetros de alambrados perimetrales que son esenciales para evitar el ingreso de ganado doméstico a los últimos refugios de la vida silvestre dentro del Parque.
En cuanto a los animales que estaban siendo reintroducidos nuevamente a su ambiente, Rewilding Argentina sostuvo que "hasta el momento la mayoría fueron hallados vivos y en buen estado, mientras que los muitúes que se encontraban en corrales de presuelta y nidadas de guacamayos fueron retirados del campo y trasladados al Centro de Conservación Aguará, en Corrientes, hasta que la situación mejore".
"El fuego es un elemento natural e imprescindible para mantener la riqueza de los pastizales que albergan los Esteros del Iberá", explicaron.
Y agregaron: "Sin embargo, los incendios actuales son anormales en cantidad, en superficie y en intensidad. Las causas principales son las sequías prolongadas y las altas temperaturas como consecuencia de la crisis climática, sumadas al uso tradicional del fuego con fines productivos, a la quema de basura a cielo abierto y a la escasez de tareas preventivas en el Parque".