Su propuesta se ubica dentro del corredor turístico Colonia Chapá, donde no solo se conoce el proceso productivo, sino que se puede cosechar y preparar el té con tus propias manos.
El té que producen se destaca por sus características únicas, gracias a la biodiversidad y el suelo misionero. Elaborado de forma artesanal, su perfil visual también llama la atención: es brillante, transparente y con una identidad inconfundible. Además de promover el consumo local, apuntan a la exportación de bebidas frías a base de té, y al rescate de tradiciones a través del trabajo con hebras.
La experiencia se completa con la naturaleza que rodea las plantaciones: verdes intensos, flora y fauna autóctonas que transforman la visita en una actividad sensorial. Este tipo de propuestas viene siendo especialmente valorada por sommeliers y estudiantes de escuelas de té, que llegan desde Buenos Aires y otras ciudades para aprender en primera persona y tocar una planta de té por primera vez.
En mayo, el proyecto estará presente en la Expo Té Argentina que se realiza en Posadas, un evento con más de 60 expositores de todo el país. Habrá productores gourmet, tea blenders, ceramistas y charlas abiertas al público, en un evento que promete ser el centro del universo tealero argentino por unos días.
La propuesta de Pablo y Silvia puede vivirse todo el año con reservas previas, y apunta a quienes buscan una experiencia auténtica y con conexión real al entorno. Entre té, turismo y tradición, este rincón de Misiones demuestra que las hebras también pueden tener alma.