Jorge Leguiza, un productor y empresario de San Roque, relató su experiencia con esta especie, la cual cría en sus campos y comercializa su carne en un supermercado. En este aspecto, los cortes bubalinos son ofrecidos como tal, con una demanda constante y que va en crecimiento por parte de los consumidores sanroqueños.
Luego de las charlas de los productores se realizó una mesa de la Asociación Argentina de Criadores de Búfalos, donde se habló de la actualidad de la especie y los desafíos por delante.
Marcelo Breard, referente de la Asociación Argentina de Criadores de Búfalos y productor en la provincia de Corrientes, se mostró satisfecho con el encierre y el resultado de las ventas, que se realizaron en este marco, y estuvieron a cargo de la firma Sáenz Valiente Bullrich y Compañía.
Sobre la demanda sostenida que está teniendo el búfalo en general, Breard consideró que “es una especie que demuestra con resultados en el campo que es una gran alternativa para nuestra zona; en los campos bajos y de menor calidad, el búfalo demuestra que es una herramienta productiva muy interesante y que produce donde el bovino no llega a dar su máximo potencial”.
En este sentido, también ponderó el trabajo que viene realizando la Aacb en dar a conocer estas virtudes que tiene el búfalo como productor de carne en los campos duros del Norte. “Es un efecto contagio, que permite que muchos productores se vayan sumando a la actividad, atraídos por los buenos resultados que van teniendo los productores en la zona”.
Esta suma de productores a la actividad convirtió a Corrientes en la provincia con mayor número de criadores de búfalos, con más de 300 establecimientos dedicados a su producción dentro de la provincia, ya sea como complemento del bovino como de manera exclusiva.
“El búfalo es un animal que sólo nos da satisfacciones; es una especie que produce donde el bovino requiere muchos suplementos”, comentó Bernardo Leucke, administrador de la Estancia San Antonio, de la empresa Caldenes Agropecuaria. Se trata de una estancia ubicada a pocos kilómetros de Loreto, que en los últimos años modificó todo su esquema productivo y actualmente sólo cuenta con búfalos en el establecimiento.