Investigaciones en curso impulsadas desde la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) apuntan a posicionarlo como un material estructural competitivo para viviendas sostenibles.
Este recurso natural crece de forma espontánea en provincias como Chaco, Corrientes y Misiones, y presenta propiedades notables: resistencia a la compresión superior al hormigón, buen comportamiento térmico, rápido crecimiento y costos significativamente más bajos que materiales convencionales como el acero o el cemento.
La arquitecta Mónica Sosa, becaria de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE, encabeza una investigación titulada “Viviendas de Guadua: Soluciones Habitacionales Sostenibles para el desarrollo del NEA”. El proyecto cuenta con la dirección de la doctora Herminia Alías y la subdirección de la arquitecta Laura Currie, y se propone sentar las bases técnicas, sociales y económicas para integrar la guadua como alternativa real en el sector de la construcción.
La propuesta se apoya en una metodología de tres fases: Desarrollo Técnico, Análisis Socioeconómico y Transferencia de Tecnología. En la primera etapa, se profundizará el estudio del ciclo de vida del material, su desempeño estructural y las posibilidades de sistemas constructivos modulares adaptados a las condiciones del NEA.
Además del enfoque académico, el proyecto tiene una fuerte dimensión productiva y social. Sosa prevé la capacitación de comunidades locales en el cultivo, tratamiento y uso de la guadua, fomentando la creación de empleos, el desarrollo de cadenas de valor sustentables y la reactivación de saberes tradicionales vinculados a la construcción natural.
El cultivo controlado del bambú también abre la puerta a esquemas de manejo forestal sostenible, lo que permite preservar el recurso, evitar la sobreexplotación y asegurar una fuente constante de materia prima renovable.
Uno de los argumentos más sólidos en favor de la guadua es su aporte a la lucha contra el cambio climático. Este bambú, durante su crecimiento, absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂), lo que le otorga una capacidad de compensación de huella de carbono muy superior a la de materiales industriales. Esto la convierte no solo en un recurso de bajo impacto, sino en una solución activa para reducir las emisiones de la construcción tradicional.
La iniciativa no quedará circunscrita al ámbito universitario. Los conocimientos y desarrollos tecnológicos generados estarán disponibles para organismos públicos y privados, con el objetivo de facilitar la incorporación del bambú regional en proyectos habitacionales, especialmente en contextos rurales o periurbanos donde la demanda de soluciones accesibles es más urgente.
En un escenario económico desafiante y con crecientes demandas de innovación sustentable, el aprovechamiento de la Guadua chacoensis se perfila como una respuesta local, renovable y estratégica, capaz de generar impacto positivo en múltiples niveles: económico, ambiental y social.