La planta original de Fresa, que funciona desde 2020, ya aporta 40 Megavatios, de los cuales 36 se integran al sistema interconectado. La nueva unidad, que está en etapa de pruebas, fortalecerá la capacidad de generación y posicionará a la ciudad como un referente en la transición energética, en un contexto de creciente demanda por fuentes de energía sostenibles.
El modelo de Fresa se basa en la utilización de residuos forestales e industriales, como raleo, derrame, poda y subproductos como aserrín y chip. Este enfoque innovador no solo produce energía limpia, sino que también contribuye a la reducción de emisiones de carbono, tal como lo validan las certificaciones internacionales ISO 14.001 (ambiental) e ISO 9.001 (calidad), así como los certificados Irec.
El impacto de esta iniciativa va más allá del aspecto energético. La planta ha generado más de 150 empleos directos y 400 puestos asociados, además de dinamizar sectores como el transporte y la logística, con más de 100 camiones movilizando biomasa diariamente.
Este tipo de inversiones extranjeras refuerza el impacto económico y social positivo de la ciudad, consolidando su rol clave en el desarrollo de la energía renovable en la provincia.