La clave del modelo es el riego complementario en una zona de alta insolación y pocas heladas, que permite producir dos cultivos estivales por año, similar al sistema de “zafra” y “zafriña” de Brasil. Actualmente, rotan entre maíz, soja, algodón, cártamo y sésamo, priorizando cultivos adaptados a climas semiáridos. El sistema ya cuenta con dos equipos de riego operativos y está preparado para instalar seis más, lo que permitiría regar hasta 5.760 hectáreas.
El establecimiento se abastece de agua del Río Bermejo mediante una estación de bombeo, gracias a una obra hídrica que conecta el río con el embalse de Laguna Yema. Esta infraestructura evita afectar directamente a la laguna y asegura una provisión estable de agua para el riego. Además, la inversión en una red eléctrica de más de 80 kilómetros fue fundamental para viabilizar el sistema.
Desde el punto de vista agronómico, la zona ofrece condiciones óptimas para la producción intensiva: luminosidad durante todo el año, baja frecuencia de heladas y suelos aptos para agricultura. Esto permite una doble cosecha anual de granos gruesos, un modelo poco común en otras regiones agrícolas del país.
La principal desventaja del esquema productivo es la distancia a los puertos de exportación, que encarece los costos logísticos. Por eso, el algodón se presenta como cultivo estratégico, ya que Agrocotton cuenta con una desmotadora en origen que permite agregar valor y aprovechar subproductos como alimento proteico para la ganadería local.
Fuente: Agroperfiles