Si bien la provincia de Corrientes tiene a la ganadería como la principal actividad agropecuaria, en sus campos también se producen otros alimentos, a menor escala pero mayor intensidad, y que hacen al desarrollo de economías locales, departamentales y regionales. Y que en este año tuvieron altibajos, pero con un balance que, para la mayoría, es positivo.
En casi todos los casos, sus referentes coinciden en que se dio un cambio de hábito de consumos por parte de los argentinos, al tener que quedarse más tiempo en sus hogares. Esto hizo que el mercado interno convalide precios, y eso se vio reflejado en mejores ingresos para los productores. En algunos casos puntuales, la caída de la producción hizo que haya menos mercadería disponible. Pero el mercado también está convalidando estos aumentos que se dan por la falta de oferta.
El caso del arroz es particular. Durante muchos años, los actores de la cadena agro-industrial del arroz trabajaron en promocionar el producto en el mercado interno, que sólo consume poco más del 30% de lo que se produce en el país. Este año, sin trabajos de promoción más que mantener las góndolas provistas del grano, el consumo de arroz en el mercado interno se incrementó en más del 10%.
“El mercado interno del arroz de Argentina marcó una mejora en el precio este año; hubo mucha demanda de arroz, y eso hizo que tengamos precios que hace mucho no teníamos”, explicó Pedro Tomasella, presidente de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (Acpa).
En este sentido, el referente del sector consideró que “la pandemia le vino bien al consumo interno de arroz. A esta altura no nos quedan dudas que fue así. Hay certeza de que aumentó el consumo de arroz de los argentinos. Si bien algunas empresas o municipios pueden haberse estoqueado, indudablemente tuvimos un repunte en el consumo”, sostuvo el dirigente, quien explicó que si bien en la provincia se exporta más del 60% de lo que se produce, “las variedades que se siembran en Corrientes están destinadas al consumo interno”.
En los últimos años, Corrientes se posicionó como una gran proveedora de cítricos dulces para el mercado nacional y también internacional. Desde el departamento Monte Caseros, donde se encuentra el principal macizo de naranjas y mandarinas de la provincia, consideran que el año es positivo para el sector. Esto a costa de un incremento en el consumo interno, pero también de una caída en la producción.
Nicolás Carlino, productor citrícola y dirigente de la Cooperativa de Colonia San Francisco, en el departamento Monte Caseros, explicó que es un año atípico por muchas cosas: “arrancando por la pandemia, siguiendo por una baja producción, que hizo que no haya mucha fruta en el mercado; y con esta sequía que está estresando mucho a las plantas, y puede llegar a comprometer la producción del año que viene”, graficó el referente citrícola.
Carlino comentó que “son varios frentes que vienen marcando una baja oferta. Eso, acompañado por una demanda bastante sostenida, tanto interna como de exportación, hace que tengamos precios convenientes para el productor; que por suerte vemos que está invirtiendo en su quinta, después de muchos años malos que veníamos teniendo”.
Las heladas de octubre de 2019 hicieron que haya menos fruta en el mercado. Pero también las que se registraron este año de manera tardía. “En el Norte de Entre Ríos pegaron más fuerte y eso hace que la fruta que está en planta en esa zona esté seca. La fruta de Monte Caseros hoy está siendo demandada porque tiene mejores condiciones, y eso está generando que la poca fruta que hay se esté pagando bien”, explicó Carlino.
Después de muchos años “a los tumbos”, la producción hortícola del departamento Lavalle atraviesa una buena temporada. Pero también a costa de muchos productores que abandonaron la actividad en los últimos años y otros que redujeron su superficie. A menor producción, mejores precios.
Pablo Blanco, presidente de la Asociación de Horticultores Río Santa Lucía, explicó que “hasta el momento el promedio de venta es positivo; pero tenemos que recordar que veníamos de años muy malos, donde la rentabilidad del productor era nula. Este año están acompañando los precios, a pesar de la devaluación, porque todos nuestros insumos son en dólares”, explicó el referente.
Blanco consideró que “ayudó el cambio de hábito de consumo. Hay más reacción en la calle y los mercados. Nosotros mandamos tomates y pimientos a Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Rosario, mercados concentradores muy grandes. Y en todos ellos se da la particularidad que la calle responde a los precios, por más que estén elevados”.
En estos momentos en plena cosecha, tanto tomates como pimientos, los horticultores del departamento Lavalle mantendrán la producción en la zona durante un mes aproximadamente. “Después empezamos con la limpieza y desinfección de suelos para encarar otra campaña”, señaló Pablo Blanco.