Desde fiestas populares hasta experiencias inmersivas en la naturaleza, la estrategia correntina apunta a una oferta diversificada que permite atraer distintos perfiles de visitantes. La programación incluye eventos como la Fiesta Provincial del Locro en Curuzú Cuatiá (12 y 13 de julio), el Festival del Guiso Tropero en Santo Tomé, la Feria Provincial del Libro en la ciudad de Corrientes (hasta el 18 de julio), y actividades temáticas en ciudades como Empedrado, Mburucuyá, Esquina y Paso de la Patria.
Uno de los puntos fuertes de la temporada es el turismo religioso, que encuentra en las festividades de la Virgen de Itatí y la peregrinación desde San Luis del Palmar (13 al 16 de julio) una importante movilización de feligreses y visitantes. Este tipo de eventos impulsa la ocupación hotelera y dinamiza la economía local de múltiples municipios.
La naturaleza también se convierte en capital económico: los esteros del Iberá, uno de los destinos de ecoturismo más reconocidos del país, y las actividades como la pesca deportiva con devolución, forman parte de un portafolio de experiencias que valorizan el patrimonio ambiental y generan valor agregado al territorio.
El turismo termal en Monte Caseros, los circuitos históricos en la capital, las propuestas culturales en academias de danza, y encuentros como el de vehículos clásicos en Ituzaingó, completan una agenda de actividades que impactan directamente sobre sectores como la hotelería, la gastronomía, el transporte y los servicios turísticos.
El desarrollo del turismo interno aparece como una oportunidad concreta de generación de ingresos genuinos para las economías regionales. En ese sentido, Corrientes avanza en la consolidación de un modelo que aprovecha su capital cultural y natural, al tiempo que promueve el arraigo y la formalización del empleo local.