"No hay precios, no hay consumo. Es una realidad que se repite y además todos los insumos para producir tomates están dolarizados, son productos importados", explicó a El Litoral, el ingeniero Gonzalo Romero.
“Un cajón de 20 kilos de tomates al productor le cuesta $ 500, le quedan $ 50 por cajón. Más el gasto de envío, el cajón debería costar $ 1.600 para que sea rentable”, dijo.
"Hoy se tira toda la cosecha que no sea de primera. Todos los productores están tirando su cosecha porque de lo contrario se pierde la planta. Lo mismo sucede con los limones. No hay mercado. Es una lástima. Necesitamos de la ayuda del Estado para que no se pierdan las fuentes de trabajo", agregó.
"Necesitamos que la gente consuma el tomate. Pero ante la crisis, la falta de dinero, las familias prefieren consumir otra cosa. Es un problema coyuntural", concluyó.